Proponen aplicar cuarentenas en zonas de La Habana donde se sospeche contagio de coronavirus

La medida consiste en actuar como si ya hubiese un caso o un evento epidemiológico de coronavirus, y realizar en esa zona pesquisas intencionadas.

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Este artículo es de hace 4 años

Las autoridades de La Habana desarrollan una estrategia de distanciamiento social más rigurosa que la implementada actualmente, la cual abarcaría aquellas zonas cuyas características harían muy difícil controlar la propagación del coronavirus, incluso si llegaran a presentar un solo caso de contagio.

La idea fue presentada por el doctor Disnaldo Raúl Pérez González, director general del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, ante el Consejo de Defensa Provincial (CDP) de la capital cubana.


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“Esta proposición se basa en cuarentenas intermitentes y por zonas que permitan aislar solo algunos barrios en función del número de contagios. Las cuarentenas intermitentes y según zonas contribuyen a reducir y detener la propagación de la epidemia sin que colapse el sistema de salud”, insistió.

Según Pérez González, implantar una cuarentena consiste en restringir las actividades y/o separar del resto de la población a aquellos ciudadanos que no están enfermos, pero que por motivos justificados se sospecha que pueden infectarse, con lo cual se previene la posible transmisión del virus.

La medida que se plantea implica actuar como si ya existiese un caso o un evento epidemiológico de coronavirus, y realizar en esa zona pesquisas intencionadas.

Hasta el momento, lo que se está haciendo es analizar un lugar cuando se comprueba que ya hay al menos un vecino con coronavirus. La iniciativa sugerida radica en no esperar, sino en intervenir para anticiparse a la infección.

El experto cubano explicó que siguiendo los modelos que permiten conocer el alcance del coronavirus, la curva epidémica en la isla indica que la cantidad de casos seguirá subiendo durante las próximas cuatro semanas y después decrecerá progresivamente.

Por ello, las restricciones de movimientos deben mantenerse hasta que haya desaparecido el riesgo de propagación. La costumbre en estos casos es concluir la cuarentena cuando se complete al menos una vez el tiempo correspondiente al período de incubación de la COVID-19 sin que se reporten casos (14 días), o en su defecto, dos períodos de incubación desde el último contagio detectado (28 días).

Para dictar una cuarentena hay que tomar en cuenta la situación clínico-epidemiológica, y por esa razón se ha ordenado a los gobiernos municipales que verifiquen en sus territorios aquellas áreas con problemas en cuanto a condiciones de vida, urbanización, hacinamiento, discapacidad y alcoholismo.

Esta nueva estrategia para reforzar el distanciamiento social se puede aplicar en unidades cerradas, centros de vida interna como asilos de ancianos, o en asentamientos y poblados aislados, donde sea viable limitar las entradas y salidas de sus habitantes.

Además, se exigen como requisitos el que haya un nivel de transmisión que represente un peligro para la ciudadanía, así como una conducta social de riesgo y una escasa autorresponsabilidad por parte de las personas. También se podría desarrollar en asentamientos cuyas condiciones de vida propicien la transmisión, en grupos de población vulnerable o instituciones que por sus características faciliten un aumento de casos.

La medida, detallada en el periódico Tribuna de La Habana, se ejecutaría de manera gradualmente en tres niveles: en las áreas de poca transmisión, donde exista un número aún pequeño de casos confirmados y sospechosos de coronavirus, se adoptaría un primer nivel de reforzamiento del confinamiento.

En zonas con casos confirmados y sospechosos dentro de la media del territorio se propone una cuarentena parcial; y en aquellas áreas de alto riesgo, con una elevada cantidad de contagios y sospechosos, la cuarentena sería total.

Asimismo, se crearán grupos de trabajo para evaluar los riesgos epidemiológicos de aquellos lugares de interés económico y social que tienen que seguir trabajando, y en los cuales no se pueden decretar aislamiento.

Para implementar esta nueva estrategia de distanciamiento social más rigurosa se requiere la aprobación del nivel superior.

En opinión de Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del CDP, el objetivo que se persigue es anticiparse al coronavirus. “Esto debe conducirnos a que la curva se aplane”, recalcó.

El pasado miércoles el Ministerio de Salud Pública informó que, tras diagnosticar como positivas al coronavirus a otras 50 personas, el número total de infectados en el país llegó a 1.137. De los nuevos casos confirmados, 20 son residentes en La Habana.

Varias zonas de la capital han tenido que ser puestas en cuarentena desde el inicio de la pandemia de coronavirus. La más reciente fue el consejo popular Guiteras del municipio Habana del Este, donde se detectó un brote local de la enfermedad en el edificio 9028, perteneciente al policlínico Wilfredo Santana, que atiende a una población de 520 personas.

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