Varios vecinos de Camagüey se encargan desde hace días de llevar alimentos a los residentes en el consejo popular Buenos Aires-Bellavista, declarado en cuarentena tras detectarse ocho casos de coronavirus.
La misma gente del barrio, algunos por solicitud y otros por voluntad propia, dedican sus horas a recoger los víveres en los puntos de distribución y entregarlos casa por casa –son alrededor de 500 viviendas–, en las 16 manzanas de la localidad.
Con ello tratan de evitan las largas y nutridas colas que la población debe hacer regularmente para adquirir cualquier producto y que constituyen un elevado riesgo de transmisión del coronavirus.
La iniciativa se ha implementado en los Consejos de Defensa Municipales (CDM) en las zonas en cuarentena, donde la movilidad de sus habitantes se ha limitado al máximo y de las que solo se puede entrar y salir excepcionalmente.
En el citado consejo popular, trabajadores del sector de educación y del turismo realizan las labores de mensajería, en tres manzanas con alrededor de 150 familias cada una.
“Iniciamos temprano en la mañana con el pan y la leche y luego no paramos en todo el día; ya estamos empezando con la distribución de los mandados”, explicó Mirelkis Luis Cambel, subdirectora del IPU Máximo Gómez Báez, al semanario Adelante.
Según Yorqui Ríos Varela, vicepresidente de la Asamblea del Gobierno Municipal, muchos vecinos se han ofrecido a cooperar con el traslado de mercancías.
“Ya no nos alcanzan las credenciales para darles a los mensajeros porque todos los días se nos brindan nuevas personas”, comentó.
El pasado 22 de abril el Consejo de Defensa Provincial (CDP) de Camagüey decretó la cuarentena en 16 manzanas del consejo popular Buenos Aires-Bellavista. El área, que se encontraba bajo vigilancia epidemiológica reforzada, mide casi cuatro kilómetros y en ella viven unas 1.500 personas.
Además de los mensajeros, las autoridades informaron que la cafetería estatal ofertaría comidas elaboradas con pedidos del día anterior, mientras los cuentapropistas dedicados a la gastronomía podían hacer entregas a domicilio.
En zonas de Cuba que han sido declaradas en cuarentena tras detectarse un evento epidemiológico de transmisión autóctona limitada, los gobiernos han impuesto regulaciones estrictas que prohíben la entrada y salida de personas, mientras que el abastecimiento de productos, de por sí insuficiente, es ahora mucho más regulado.
En este contexto estudiantes y trabajadores cuyos centros laborales han parado participan del abastecimiento de alimentos, agua y otros insumos necesarios para las viviendas afectadas, pues sus moradores no pueden salir a la calle.
En la localidad Los Paneles del consejo popular La Fe, del municipio especial Isla de la Juventud, declarada en cuarentena la semana pasada, estudiantes universitarios y miembros de las organizaciones de masas realizaron un levantamiento para identificar a los ancianos que viven solos y las personas con padecimientos de salud, para luego llevarles a sus casas sus víveres y medicamentos.
Por otra parte, empleados del turismo de La Habana realizan diversas labores de apoyo en las instituciones de salud. Trabajadores de los hoteles Nacional, Capri, Riviera, Vedado y Habana Libre, se incorporaron al Hospital Frank País, donde algunos elaboran comidas. Otros ayudan en la higienización en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.
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