Funcionarios del Ministerio del Interior (Minint) en la provincia cubana de Las Tunas encontraron escondidas en una finca 30 toneladas de acero cuyo valor en el mercado negro se estima en casi medio millón de pesos.
De acuerdo con un reportaje de la Televisión Nacional, el hallazgo ocurrió en un terreno ubicado a 400 metros de la Carretera Central, en el poblado tunero El Marañón.
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Escondidas bajo pencas de guano habían 34 planchas de acero de 1.50 metros de largo por 2.0 metros de ancho, y 30 planchas de 8.0 metros de largo por 2 .0 metros de ancho, explicó la policía.
El material tenía un espesor de 0.8 cm, un peso total de 30 toneladas, y pertenecía a una empresa que se dedica a la reparación y fabricación de tanques de gran almacenamiento de combustible para CUPET, informó la fuente.
Al ser entrevistado por un oficial del Minint, el dueño de la finca, Ramón Bodaño, dijo que esas planchas fueron dejadas allí por una rastra procedente de La Habana.
“Un vecino, de nombre Rigoberto Escobar, habló conmigo para guardarlas aquí”, afirmó el hombre.
Según el Minint, el objetivo de los presuntos infractores era fraccionar las planchas en platinas de 90 cm, y venderlas en el mercado informal a un costo de entre 12 y 14 pesos.
De la venta se obtendría una ganancia estimada de más de 400 000 pesos cubanos, señaló la televisión, que en las últimas semanas se ha encargado de publicar varios reportajes sobre el decomiso de mercancía estatal presuntamente robada por "personas inescrupulosas" para ser usada en su propio beneficio.
La víspera también fue transmitido un material sobre un decomiso de alimentos, una estrategia que atrae a los televidentes cubanos, ansiosos de noticias que indiquen alguna solución a los problemas del país.
En abril pasado se informó que las autoridades habían decomisado a vendedores en La Habana productos que fueron destinados a alimentar a las personas que permanecen en los centros de aislamiento por el coronavirus.
A la semana siguiente fue publicado un operativo policial ejecutado en la provincia de Las Tunas, que resultó en arrestos y decomisos de mercancías. Los presuntos autores de los hechos usaron un medio de transporte estatal para descargar ilegalmente mercancía de tipo agropecuaria, como plátanos, en un domicilio particular en el centro de la ciudad.
El 7 de mayo, la policía se hizo eco del enfrentamiento a un robo en la industria cárnica local de la Isla de la Juventud como parte de “la cruzada gubernamental contra las ilegalidades” en medio de la pandemia del coronavirus.
Esa vez fue detenido un hombre ajeno a la empresa cuando trasladaba 48 kilogramos de carne de cerdo deshuesada en dos tanquetas plásticas grandes, explicó el Noticiero.
Asimismo, en Santiago de Cuba fue atrapado el pasado 26 de abril un grupo de ciudadanos que intentó asaltar un tren cargado de azúcar destinada a la exportación. El producto procedía del central Dos Ríos, perteneciente al municipio de Palma Soriano.
A inicios de mayo, las autoridades también decomisaron mercancías, dos automóviles, equipos de aire acondicionado y un millón 52 mil 500 pesos en efectivo, durante una operación conjunta en dos casas en La Habana.
Estas historias, narradas con tintes policíacos en cadena nacional y en medio de la escasez de alimentos que vive el país, suelen elevar la popularidad del régimen entre la población, a la que asegura que las ganancias decomisadas serán redistribuidas para mejorar las condiciones de vida del pueblo.
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