El cubano Emilio Milián Socorro, cuya esposa está enferma por una agresiva bacteria de Pseudomonas, ha vuelto a pedir en las redes sociales ayuda para la concesión de una visa humanitaria que permita que su mujer, de apenas 32 años de edad, pueda recibir tratamiento médico en EE.UU. o en cualquier otro país.
“Es difícil ver a la mujer que amas como cada día se deteriora más su organismo. Hace unos minutos se repitió el mismo episodio de mi última publicación. Ya no hay antibiótico que a mi esposa no le dé una reacción adversa”, escribió Milián en Facebook este lunes.
“La estoy perdiendo por día. No llega la visa humanitaria. A ningún político o persona influyente le importa nuestro caso. Que Dios tenga misericordia. Mi esposa cada día está peor, solo un milagro, solo un milagro. No puedo escribir más mis lágrimas no me dejan. Dios ayúdanos. Por favor te lo suplico. Realiza el milagro”, concluyó Emilio Milián su emotiva publicación.
Todo comenzó cuando Díaz Martínez tenía 29 años y le diagnosticaron cáncer de mama. El 18 de noviembre de 2019, el doctor Pavel Reyes, jefe de servicio de cirugía reconstructiva del INCR, le realizó una mastectomía contralateral izquierda y la mandó para su casa sin el dispositivo de drenaje necesario.
Pocos días después empezó a tener fiebre y a drenar un líquido por la sutura de la herida, según contó Milián Socorro hace algunos días, en declaraciones a CiberCuba.
Decidieron regresar al hospital y le extrajeron el líquido acumulado, pero la herida estaba abierta y eso facilitó la entrada de la bacteria a su organismo. Sin antibióticos prescritos, a los trece días la joven cubana volvió a tener fiebre y el doctor Reyes le dijo que "no tenía nada" y que se curara con miel de abeja y agua con sal.
Consiguieron Amikacina para combatir la Pseudomona y, tras aplicarle 20 bulbos del antibiótico, la mejoría fue solo de diez días. Milián Socorro denunció entonces el caso el caso en Facebook y a las 48 horas recibió una llamada de la dirección del hospital interesándose nuevamente.
La paciente, que reside en Quivicán, está ingresada en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INCR), de La Habana, desde el mes de abril, y ha sido sometida a varias cirugías para limpiar la zona y diversas curas con anestesia general.
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