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El Gobierno de Rusia trabaja para paliar las consecuencias de una catástrofe medioambiental ocurrida en el Círculo Polar Ártico, donde se derramaron más de 20 mil toneladas de combustible diésel de la central termoeléctrica de Norilsk, informa la agencia EFE.
Las autoridades rusas reconocen que acabar con los daños causados al medio ambiente en esa zona tomarán "al menos 10 años", dijo este viernes la viceministra de Recursos Naturales y Ecología, Elena Panova. Un día antes el ministro de Emergencias, Evgueni Zínichev, sobrevoló la zona del accidente.
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El derrame comenzó el pasado viernes y según Panova "la situación es muy difícil, porque se trata del Ártico. Es necesario recogerlo (el diésel derramado), pero no hay dónde, no hay caminos, no hay almacenes. No se puede quemar, porque se generarían sustancias peligrosas para la vida".
Rusia está en estado de emergencia desde este miércoles. El presidente Vladímir Putin pidió amonestar al gobernador de la región de Krasnoyarsk, Alexandr Uss por informar tarde de este derrame, aunque –según la agencia estatal TASS– desde el viernes la empresa responsable (Nornikel) comunicó el incidente.
Según Nornikel se han extraído 1450 metros cúbicos de tierra contaminada y fueron bombeadas 201 toneladas de diésel. "Si contamos con recipientes y utilizamos equipamiento adicional, podría ser en 14 días, con la condición de que el viento nos ayude al empujar la mancha hacia las barreras flotantes", apuntó el vicepresidente de la empresa, Serguéi Dyachenko.
La ONG ambientalista Greenpeace en Rusia señaló que "el derrame de diésel en Norilsk se ha convertido en el primer accidente de tal escala en el Ártico. Se han derramado 20 mil toneladas de combustible diésel en los ríos locales".
Greenpeace estima que los daños solo en el río Taimir puede "superar los 6 mil millones de rublos (más de 87 millones de dólares), y esto no tiene en cuenta el daño del suelo y las emisiones de contaminantes a la atmósfera".
La entidad estatal rusa Rosprirodnadzor estima que 6000 toneladas de diésel se derramaron sobre la tierra y otras 15 000 toneladas fueron a dar a los ríos, apunta el citado medio.
En la zona trabajan 70 rescatistas rusos con material provisto por la empresa estatal Gazprom Neft para recoger el petróleo con bombas y otras máquinas. Otras 80 personas de la operadora de oleoductos Transneft también están en las labores, que incluyen drones, helicópteros para monitorizar el espacio afectado.
La investigación del Gobierno ruso continúa. Este jueves fue detenido el jefe del departamento de calderas y turbinas de la termoeléctrica, Viacheslav Stárostin, de manera preventiva hasta el 31 de julio.
Este 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente.
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