Cuba espera tener listos para finales de octubre 500 respiradores pulmonares para el tratamiento de pacientes de coronavirus, los cuales se están fabricando en la isla gracias a una donación de medio millón de francos (unos 530.000 dólares) de Suiza a comienzos de este mes.
Los nuevos dispositivos fueron elaborados en el Centro de Neurociencias (CNEURO) de La Habana y se adaptaron a las necesidades y condiciones del país.
Según explicó a la agencia Xinhua Ernesto Velarde, jefe del proyecto, la fabricación del diseño cubano demoró tres meses en ejecutarse y está a la altura de los ventiladores de emergencia de mayores prestaciones.
“Calculamos que a finales de octubre vamos a tener listos 250 ventiladores invasivos y 250 no invasivos para entregar al sistema nacional de salud y así fortalecer nuestra capacidad de respuesta a la COVID-19 y a cualquier tipo de enfermedad", aseguró.
Las máquinas deben pasar primero las pruebas en animales, en concreto en cerdos de más de 50 kilogramos, para comprobar su funcionamiento en condiciones cercanas a la realidad.
Posteriormente deberán ser evaluadas por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), la autoridad reguladora cubana que les otorga la certificación que autoriza su inserción en el sistema de salud.
Velarde precisó que el ventilador cubano, además de ofrecer ventilación asistida, es capaz de medir el oxígeno. Además, posee un alto rango de soporte sin electricidad, por lo que puede funcionar con baterías.
El dispositivo tiene dos variantes, la invasiva, que se aplica al enfermo mediante intubación, y la que no necesita ese procedimiento.
El experto subrayó que estos aparatos son el resultado de la cooperación entre varias instituciones científicas y productivas nacionales.
De acuerdo a su relato, científicos y técnicos recibieron la orden de comenzar la fabricación de ventiladores pulmonares de emergencia de factura nacional.
El motivo fue que el gobierno intentó comprar dichos equipos a las empresas suizas IMT Medial AG y Acutronic, dos compañías que en abril pasado fueron adquiridas por la firma estadounidense Vyaire Medical Inc, y que a partir de ese momento suspendieron su vínculo comercial con Cuba en cumplimiento de las leyes del embargo impuesto por Estados Unidos.
“Se nos encargó entonces la tarea de hacer un ventilador en tiempo record”, recordó el ingeniero, citado por el diario Granma.
Para desarrollar su diseño los especialistas cubanos utilizaron códigos abiertos publicados en Internet por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos, y la Universidad de Kent, en Gran Bretaña.
Se trata de una tendencia mundial en el sector académico denominada Ciencia Abierta, que ha sido impulsada por la pandemia de coronavirus, ante la necesidad de compartir conocimientos que permitan ayudar al enfrentamiento al Covid-19.
“Nos apoyamos en esas publicaciones, pero todo nuestro software y nuestro diseño industrial es totalmente original”, afirmó Velarde.
A inicios de julio se conoció la donación al gobierno de Cuba de medio millón de francos (unos 530.000 dólares) de Suiza, un financiamiento destinado a la adquisición de ventiladores respiratorios para el tratamiento de pacientes del Covid-19 que se encuentran en estado grave o crítico, así como para la compra de reactivos de tests diagnósticos y de dispositivos de bioseguridad que emplea el personal sanitario en laboratorios y hospitales, según dio a conocer la embajada de Suiza en La Habana en su página de Facebook.
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