El doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología, ha dicho que Cuba va a observar “la evolución” del medicamento antiviral ruso Avifavir, y no descarta que se compre para el tratamiento del COVID-19.
"Indiscutiblemente si tiene estos efectos nuestro país lo adquirirá para el tratamiento de nuestros pacientes, independientemente de los resultados que hemos tenido con los protocolos de tratamiento y atención que se aplican en Cuba", declaró Durán García a Sputnik.
El director nacional de Epidemiología dijo que existen evidencias positivas en el uso de antiviral Avifavir con las investigaciones que se han hecho -sobre todo en pacientes en las etapas iniciales y media de la enfermedad- aunque recordó que algunos expertos plantean que es precoz decir que el medicamento es eficaz para frenar la enfermedad.
"Ya este medicamento se había mencionado como una solución, después de que un funcionario chino aseguró en marzo que ayudaba a los pacientes a recuperarse del COVID-19", precisó el epidemiólogo cubano.
El medicamento fue presentado el pasado viernes por el Fondo Ruso de Inversiones Directas (RFPI) a los países de América Latina en la embajada de Rusia en Guatemala, a fin de comenzar negociaciones para su suministro a la región.
Kiril Dmítriev, jefe del RFPI, declaró que la prioridad serán las naciones donde la cifra de infectados por coronavirus aumenta de forma drástica, y precisó que ya recibieron solicitudes de más de 50 países, entre ellos Brasil, la segunda nación más afectada del mundo, solo por detrás de EE.UU.
El antiviral Avifavir -una versión genérica de Favipiravir- fue desarrollado por el RFPI y el grupo farmacéutico ChemRar, y fue aprobado por el Ministerio de Salud de Rusia el 29 de mayo. Desde principios de junio, los primeros lotes del fármaco ruso se encuentra en las clínicas de Moscú, San Petersburgo y otras regiones de Rusia.
Recientemente, las autoridades sanitarias de Rusia aprobaron otro nuevo medicamento contra el coronavirus, según informó el Registro Estatal de Medicamentos. Se trata del Koronavir, fabricado por la compañía R-Farm. Ese es el tercer producto ruso destinado a combatir el coronavirus que el Ministerio de Salud aprueba, además del Areplivir y el Avifavir. Los tres basan su formulación en el fármaco conocido genéricamente a nivel internacional como Favipiravir.
La carrera por la primera vacuna
Por otra parte, las potencias del mundo trabajan contrarreloj para obtener la vacuna contra el COVID-19. Muchos se preguntan si será Estados Unidos, China, Rusia quien la desarrolle primero, pero el gran dilema es qué países podrán acceder a ella, una vez que exista.
Naciones de América Latina podrían no tenerla si no se libera su fórmula, pues las grandes potencias están invirtiendo grandes recursos económicos en su obtención, y lo más probable es que quieran sacar ganancias.
A nivel mundial se están probando decenas de posibles vacunas contra el COVID-19, pero es poco probable que se autorice su venta antes del 2021.
A comienzos de julio, el Gobierno de EEUU otorgó a la firma de biotecnología Novavax un presupuesto de 1600 millones de dólares para apoyar el desarrollo de las vacunas contra el COVID-19.
Además, la empresa Johnson & Johnson -junto con la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (Barda) que forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU- invirtieron más de 1000 millones de dólares para financiar la investigación de vacunas.
La Unión Europea encomendó el uso de un fondo de emergencia de unos 2300 millones de dólares para llegar a acuerdos de compra anticipada o de opción de compra con hasta seis fabricantes de vacunas.
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