El gobierno de Donald Trump ordenó a los hospitales que enviaran todos los datos a una base de datos central en Washington a partir del miércoles en lugar de a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que lo estaban haciendo hasta el momento.
Michael Caputo, subsecretario de asuntos públicos del Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) subrayó en un comunicado enviado a NBC News que el nuevo sistema de recopilación de datos del COVID-19 sería “más rápido” que el actual, debido a que los CDC tienen un retraso de una semana.
“La Fuerza de Tarea del Coronavirus del presidente ha pedido mejoras durante meses, pero no pueden mantenerse al día con esta pandemia”, dijo.
“Hoy, los CDC aún brindan datos de solo el 85 por ciento de los hospitales; la respuesta COVID del presidente requiere un 100 por ciento para informar”, advirtió.
“Los CDC, una división operativa de HHS, ciertamente participarán en esta respuesta simplificada de todo el gobierno. Simplemente ya no la controlarán”, precisó.
El pasado martes por la noche, antes de las declaraciones de Caputo, el diario New York Times informó de la orden de la administración de dejar de lado a los CDC, una decisión que ha causado preocupación en los expertos en materia de salud.
Según el artículo, la nueva base de datos del HHS no estará abierta al público, lo cual podría afectar el trabajo de los investigadores, quienes utilizan los datos de los CDC para efectuar sus proyecciones y estimados y tomar decisiones.
En opinión de médicos y especialistas en enfermedades infecciosas, politizar la gestión de la pandemia perjudicará tanto a los pacientes como a los trabajadores del sector que están en la primera línea de atención a los enfermos.
“Colocar la recopilación de datos médicos fuera del liderazgo de los expertos en salud pública podría debilitar severamente la calidad y disponibilidad de los datos, agregar una carga adicional a los hospitales ya abrumados y agregar un nuevo desafío a la respuesta pandémica de los Estados Unidos”, expresó en un comunicado Thomas File, presidente de Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América.
El doctor recordó que una de las funciones principales de los CDC es precisamente la recopilación de los datos de salud pública y que pasar eso por alto “socavaría a los expertos en salud pública de nuestra nación”.
“Como médicos de enfermedades infecciosas, proveedores de primera línea y científicos, instamos a la administración a seguir la experiencia en salud pública para abordar esta crisis de salud pública”, demandó.
El martes, cuatro exdirectores de los CDC o directores en funciones enviaron un artículo a The Washington Post titulado “Dirigimos los CDC. Ningún presidente jamás politizó su ciencia de la manera en que Trump lo ha hecho”, en el que acusaron a la administración Trump de poner en duda de cara a la población las recomendaciones de los CDC.
Tom Frieden, Jeffrey Koplan, David Satcher y Richard Besser cuestionaron la existencia de “líderes políticos y otros que intentan socavar los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades”.
Hace apenas dos días el mandatario norteamericano criticó a los profesionales de la salud encargados de la gestión de la pandemia por parte del gobierno, en momentos en que varios estados como Florida y California ven subir de manera alarmante el número de contagios.
Trump compartió en su cuenta de Twitter una publicación de un exanfitrión de programas de juegos, en la que acusaba a los CDC de estar mintiendo.
“Las mentiras más escandalosas son sobre el COVID-19. Todos están mintiendo. Los CDC, los medios de comunicación, los demócratas, nuestros médicos, no todos sino la mayoría, en quienes se nos dice que confiemos”, escribió Chuck Woolery sin aportar alguna evidencia de sus afirmaciones.
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