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La casa de Gretel se le ha ido cayendo encima poco a poco. Primero con un desprendimiento de gran parte del techo y ahora con un derrumbe total que casi mata a su esposo y a su hija de seis años. Ocurrió el pasado 5 de julio en Jesús María, en La Habana Vieja, según ha relatado esta madre cubana a CiberCuba.
La familia, con dos menores de edad a su cargo (aparte de la niña, un adolescente de 14), pasó tres noches durmiendo sobre los restos de una escalera del que fue su hogar. Se negaba a abandonar la vivienda tras el desplome y a ser realojada en un albergue. No está dispuesta a perder la propiedad del inmueble en esta céntrica zona declarada Patrimonio de la Humanidad.
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Ahora pasan las noches en un centro de riesgo al que los trasladó el Gobierno. Pero siguen sin saber cuándo pasarán las máquinas a sacar los escombros de su casa y a limpiar el solar para estudiar la posibilidad de reconstruir la vivienda en el mismo sitio.
“Llevo tres años acudiendo a todas las entidades del Gobierno. Todo es un 'peloteo'. No se resuelve nada. Sólo me falta que el presidente (Miguel Díaz-Canel) se entere a ver si es verdad que se resuelve y se hace justicia. El presidente de La Habana Vieja, Freddy González, y el intendente, Alexis Acosta, no acceden a ayudarme”, comenta Gretel por WhatsApp a CiberCuba.
La casa familiar aguantó lo que pudo y más, pero a principios de diciembre del año pasado la cosa fue a peor: se le cayó buena parte del techo. “Por poco me mata a la niña de seis años".
En ese momento Gretel lo perdió todo. Los televisores, las camas, escaparates, sus juegos de muebles… Las autoridades tardaron diez días en autorizar que pasaran a sacar los escombros y otros dos días en sacarlos. “Toda la lluvia les cayó encima”.
“Lo reporté y nada”, dice Gretel antes de explicar que se ‘movilizó’ y empezó a llevar al Gobierno cuanto documento consideró necesario para conseguir la intervención de las autoridades. Ella veía venir el derrumbe total. Se hacía una idea de la magnitud de la tragedia que se le venía encima. Pero lo único que consiguió fue que la tacharan de “conflictiva” por denunciar “todo el maltrato y atropellos recibidos” y los daños psicológicos que sufren sus hijos.
Ante la inacción de los representantes del Partido Comunista de Cuba, el pasado 5 de julio, a las 3:40 pm, ocurrió lo que se veía venir. La casa se derrumbó. La niña de seis años salía en ese momento por la puerta y salvó la vida de milagro. El padre quedó atrapado bajo los escombros. “Logró salir aturdido y con lesiones, pero a salvo”.
Ningún responsable del Gobierno se acercó a ver qué había ocurrido. Por allí apareció una vicepresidenta de la Construcción, la presidenta del Consejo del barrio de Jesús María y un militante del PCC. Husmearon y se fueron.
El día 16 de julio pasaron del Estado a apuntalar la bodega que está en los bajos de la casa de Gretel. “Todavía tiene mandados dentro. No los han sacado. No les importa que todo eso se eche a perder. Ahí dentro duerme un dependiente con riesgo para su vida”.
“Yo creo que preferirían que todos hubiéramos muerto en el derrumbe. Para ellos hubiera sido mejor. No tienen ni moral ni valores ni vergüenza. El pasado día 20 hubo otro derrumbe y apagaron sus teléfonos”.
Esta madre cubana se pregunta quién va a responder por todos los daños sufridos en su vivienda y cuándo va a recuperar su casa. Ella culpa de lo ocurrido al Gobierno por su “demora y falta de interés”.
No es un caso aislado
El caso Gretel no es una excepción. Este jueves una mujer fue rescatada del derrumbe de su vivienda en El Cerro tras quedar atrapada entre los escombros de su apartamento, ubicado en la calle Monte, entre Fernandina y Romay, cerca de la Esquina de Tejas. Se llama Magdalena y pudo salir con vida del percance, rescatada por los Bomberos, aunque poco después falleció en el hospital. Ninguno de los dos niños que habitualmente viven con ella estaba en ese momento en el domicilio por lo que no hubo que lamentar una desgracia mayor.
Al cierre de 2016, antes de que el huracán Irma azotara la Isla en 2017 y de que un tornado arrasara parte de La Habana en 2019, el propio Estado reconocía que el déficit de viviendas en el país rondaba los 880 000 inmuebles.
Más reciente es la radiografía de la vivienda en Cuba hecha por el propio ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña en mayo pasado: en la Isla hay 122 072 casas con piso de tierra y 9611 cuarterías. De estas últimas, sólo se repararán este año 413. Las previsiones de construcción de inmuebles en todo el país no llegará en este 2020 a 60 000.
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