La corporación CIMEX S. A. compartió un post en la red social Facebook en que presentaba un grupo de medidas para hacer frente a los coleros. Sin embargo, todo parece indicar que le parecieron medidas internas que no debía conocer el pueblo y borró la publicación de esta red social aunque aún la mantiene en Twitter.
El post de Facebook fue sustituido por una imagen en la que aparecen otras acciones, de tipo más general y redactado en un lenguaje menos imperativo.
La publicación de estas medidas se titula ¿Cómo CIMEX enfrenta a revendedores y acaparadores? Y especifica un grupo de acciones bajo el imperativo de “Prohibiciones en la venta minorista”. Según este texto quedaba prohibido:
- Reservar a clientes turnos y mercancías en piso de venta y almacén
- Vender mercancías fuera del horario establecido de las unidades y fuera de los pisos de ventas
- Divulgar información sobre los productos en almacén y los procedimientos internos de trabajo
- Recibir mercancías sin facturas correspondientes.
El post que ha sustituido esta información en el perfil de la red social Facebook fue redactado bajo el mismo título pero con normas completamente diferentes y eliminando la palabra “Prohibiciones”, que fue sustituida por términos políticamente correctos en la comunicación empresarial como “supervisar” “controlar” “capacitar”.
De esta forma ahora CIMEX en lugar de prohibir determinados comportamientos entre su personal, de cara a evitar el acaparamiento y la reventa en medio de la crisis que atraviesa el país, se dedicará a:
- Supervisiones a unidades comerciales con ventas de productos que generan conductas de acaparamiento, teniendo en cuenta la situación económica del país.
- Controles integrales a sucursales y complejos territoriales con reclamaciones y quejas de la población.
- Capacitación del personal que labora directamente en unidades comerciales y áreas administrativas.
Lo que se lee entre líneas con este repentino cambio del discurso de CIMEX es mucho más de lo que dejan ver ambos textos. Hay un lenguaje en el interior de la organización que habla de prohibiciones, y de la existencia de actitudes cuestionables entre los empleados que pueden favorecer la aparición de acaparadores.
Por otra parte hay un lenguaje "diferente" para las redes sociales y medios de comunicación que protege la integridad de la empresa y culpabiliza únicamente a los acaparadores, de lo que ocurre en Cuba con cualquier producto o mercancía que sale al mercado.
El tema del acaparamiento es la nueva preocupación del Partido Comunista de Cuba (PCC). Por ejemplo en Holguín ha encontrado una solución para acabar con la reventa, el encarecimiento de los precios y el desabastecimiento de productos básicos, han creado "las brigadas anticoleros".
El experimento se presentó el sábado en distintos puntos del territorio holguinero, donde se han celebrado actos de graduación de los responsables de sacar adelante la "Operación de Enfrentamiento a las conductas de coleros y revendedores".
La iniciativa partidista se extendió a otras provincias como Sancti Spíritus donde crearon un contingente similar para la "prevención y enfrentamiento a coleros, revendedores y acaparadores", los que se ubicarán en las 11 unidades comerciales identificadas como las más visitadas por la población.
Más de 1000 "coleros" han sido detenidos en La Habana durante las últimas semanas. De acuerdo con información del Ministerio del Interior (MININT) fueron trasladados a unidades de la PNR por la reventa de artículos y productos de alta demanda en la red de tiendas de la capital. Alrededor de 30 personas, con reincidencia probada, se les sigue proceso penal.
La crisis en Cuba es visible y las “nuevas tiendas” en MLC impulsadas por el gobierno en la Estrategia de Económico Social pos COVID-19, todavía no parecen ser la solución a nada. Por el contrario, han provocado más dolor, inconformidad y decepción en el pueblo. Son la solución para pocos y la vergüenza de muchos.
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