El uso del nasobuco será obligatorio en todas las escuelas cubanas a partir del 1 de septiembre, fecha en que se reiniciará el curso escolar en el país, a excepción de La Habana, informó la ministra de Educación Ena Elsa Velázquez.
Durante una intervención en el espacio televisivo oficialista Mesa Redonda, la funcionaria dijo que será obligatorio que los alumnos y los trabajadores de las escuelas usen las mascarillas de protección durante toda la jornada de clases.
También se supervisará el lavado frecuente de las manos y el uso de hipoclorito para prevenir el contagio con el COVID-19.
Asimismo, deberán desinfectarse diariamente las mesas, computadoras, televisores, mandos, juguetes y otros medios de enseñanza, indicó la ministra, y aseguró que la limpieza incluirá los pasamanos de las escaleras y los picaportes de cada puerta.
De acuerdo con Velázquez, se reforzará el trabajo educativo con los estudiantes sobre la conducta dentro y fuera de los centros educacionales para evitar el contagio con el coronavirus, se realizará un pesquisaje diario y no se permitirá la entrada a aquellos alumnos y trabajadores con afecciones respiratorias.
La funcionaria reconoció este viernes que un 11 por ciento de las escuelas cubanas se encuentran en mal estado y que el país no tiene recursos para enfrentar una reparación capital de los centros.
"Se identificaron más de 1 000 centros donde existían dificultades para el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias, lo que demandó un arduo trabajo para dar solución a los problemas detectados, relacionados fundamentalmente con las instalaciones hidrosanitarias y el suministro de agua", apuntó.
Este viernes la funcionaria del régimen cubano afirmó que la reanudación del curso, suspendido en marzo pasado, será el 1 de septiembre, con excepción de la provincia de La Habana que retrocedió a la fase de transmisión autóctona limitada debido a un brote de coronavirus registrado a principios de agosto.
Explicó que los niños que asisten a círculos infantiles se reincorporarán en el mismo año de vida, mientras que los estudiantes de los demás niveles educativos continuarán los respectivos grado o año en los que se encontraban, "porque el curso se terminará en esta fase y a partir de entonces tendrá lugar el tránsito correspondiente".
Sobre la situación de La Habana, donde se aplazó el inicio de las clases, afirmó que "no se podrá reiniciar el curso escolar como estaba previsto el 1 de septiembre. En correspondencia con la situación epidemiológica iremos tomando las decisiones que se requieran, las que serán informadas a la población oportunamente".
La capital de la isla, que se encontraba en la fase 2 de normalización, retrocedió a la fase inicial tras contabilizar el pasado 7 de agosto 165 casos activos de la COVID-19 y seis eventos abiertos de transmisión en los municipios de Habana del Este, La Lisa y Marianao, lo cual alarmó a la población.
La ministra enfrentó duras críticas al inicio de la emergencia sanitaria cuando se negó en un principio al cierre de las escuelas del país a pesar del reclamo de miles de padres.
Ante el inminente retorno a clases, muchos padres de familia han asegurado que no enviarán a sus hijos a los centros de enseñanza hasta que no sea totalmente seguro, y afirman que "los prefieren [a sus hijos] brutos pero vivos".
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