Vídeos relacionados:
En la Habana Vieja una familia teme morir sepultada por su propia casa ante la inminente posibilidad de derrumbe que presenta la edificación en la que habitan ancianos y niños.
La habanera Regla Miranda, vecina de la calle Águila entre Neptuno y Concordia, ofreció declaraciones a Cubanet en las que hace explícito su temor a morir bajo las ruinas de su vivienda.
Lo más leído hoy:
El edificio se encuentra en un estado constructivo deplorable y con signos evidentes de que puede colapsar en cualquier momento.
“Ya fui al Gobierno, fui a Vivienda y hoy fui a Demoliciones y me dijeron que vendrían, pero ya ves la hora que es y no han llegado. Yo he ido a todos los lugares ya”, explicó Regla con resignación ante el silencio y la desatención de las entidades estatales cubanas.
Esta ciudadana lleva varios años esperando un subsidio para poder reparar su casa que en la planta alta del edificio ya tuvo un importante derrumbe. Su pensión mensual de 350 pesos no le permite acometer la reconstrucción del inmueble con esfuerzo propio como demanda el gobierno cubano.
El mayor temor de Regla es que el edificio continúe derrumbándose, como ocurrió en la planta superior donde se acumulan escombros de varios años, y que esto mate a su familia, algo que no sería la primera vez que ocurre en La Habana Vieja y en otros municipios de la capital.
Ante la pregunta de por qué ahora se decide a denunciar este caso, Regla respondió sin rodeos: “Porque hay un derrumbe y no han hecho nada (el gobierno). Tengo una niña chiquita y tengo miedo que se caiga eso (el techo) y me la mate”.
En enero de 2020 la muerte de tres niñas, de entre 10 y 12 años conmocionó a La Habana y a la comunidad cubana en el exterior. Fue el trágico saldo de un derrumbe que se produjo en las calles Revillagigedo y Vives, en el barrio de Jesús María, en La Habana Vieja.
Hace solo tres semanas una cubana murió tras ser rescatada luego de que su casa en la calle Monte, entre Fernandina y Romay, municipio Cerro, se desplomara parcialmente.
El problema de la vivienda en Cuba es tan severo que varias familias han tenido que optar por dormir en pasillos y escaleras por miedo a que sus hogares puedan desplomarse mientras reposan.
La crítica a la situación de la vivienda en Cuba debería ser un objetivo central del gobierno, sobre todo en un contexto epidemiológico complejo como el actual y frente a una crisis económica que sume en la desesperación a un pueblo que vive con un salario que no llega a fin de mes y que no podrá pagar un saco de cemento.
Archivado en: