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Más de 29 407 reses murieron en Camagüey entre enero y julio de este año, el 58 por ciento de ellas por desnutrición.
Según revela un artículo publicado en el periódico local Adelante, la industria ganadera camagüeyana muestra altos índices de ineficiencia.
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El progresivo deterioro de la masa vacuna en la provincia que desde siempre ha sido la principal ganadera de Cuba, es la principal causa de que las muertes de animales en lo que va de año haya aumentado en 4 212 más que en 2019.
De 161 449 vacas que están en edad reproductiva, solo se están ordeñando 74 995 (el 46 por ciento) y del total de hembras (vacas y novillas) con capacidad para reproducirse, solo están en el programa de inseminación artificial el 34 por ciento, de las cuales el 31 por ciento están vacías.
Mientras, en el sector campesino, propietario del 80 por ciento de los animales, apenas se insemina el 23 por ciento. El resto se preñan con monta libre, y en muchos casos los toros tampoco poseen buenas condiciones genéticas.
A ello se suma el deterioro de la infraestructura ganadera, totalmente dependiente de las lluvias tanto para el crecimiento de los pastos como para el llenado de los reservorios de agua, y que este año padeció más que otras veces con la falta de precipitaciones en junio.
“Para que se tenga una idea, si un animal deja de beber agua por 24 horas pierde el 10 por ciento de su masa corporal y en 72 horas está en situación de depauperación”, precisó la publicación.
Esta situación ha llevado a que los ganaderos de la provincia hayan dejado de entregar a la industria más de 13 millones de litros de leche hasta el 31 de agosto.
La cifra inicial que se había planificado, ascendente a 88 691 200 litros, se acercará con mucha suerte a los 75 millones de litros, uno de los peores registros de los últimos diez años.
De los 13 municipios de la provincia, otrora líder por sus resultados en la producción de leche y sus derivados, solo Sierra de Cubitas y Céspedes cumplirán su compromiso. Los más afectados son Guáimaro, Sibanicú, Jimaguayú y el territorio cabecera.
Para revertir esta realidad, las autoridades cubanas han optado por su habitual práctica de perseguir posibles ilegalidades. Es así que tanto el Partido como el Gobierno, junto con fuerzas del Ministerio de la Agricultura (MINAGRI), desarrollan acciones para evitar el desvío de la leche al mercado informal.
También los expertos advierten a los pecuarios no someter a doble ordeño a las vacas ni extender el tiempo de extracción más allá de 270 días, prácticas podrían comprometer la próxima gestación de la res.
En cuanto a la necesidad de sembrar alimentos para el ganado, habría que empezar a desinfectar de marabú miles de hectáreas de tierra dedicadas a la cría. Actualmente, solo el nueve por ciento de las vaquerías de la provincia cumplen con los requisitos de bioseguridad, de acuerdo con especialistas del MINAGRI.
La escasez de alimento para sustentar la ganadería es un problema nacional. En Pinar del Río se reportan este año incumplimientos en la producción de carne debido al bajo peso de muchas reses que hizo imposible llevarlas al matadero.
La solución que han encontrado las autoridades no incluye aumentar la importación de piensos o buscar alternativas en la elaboración de alimentos, sino potenciar la cría de otro tipo de animal que coma poco y se reproduzca rápidamente, como los conejos.
En Las Tunas, hasta el cierre de mayo pasado habían muerto más de 7 000 reses, la mayoría por desnutrición, debido a la falta de agua y alimentos, y un porciento menor por accidentes.
Según una información del semanario Periódico 26, muy pocos ganaderos disponen de suficiente agua para garantizar los 120 litros que deben tomar las vacas diariamente.
“También hace falta comida sembrada, que se pueda conservar en lugares frescos para esos días en los que no hay pastos naturales”, añadió el texto.
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