El cubano Miguel Guilarte Leyva, vecino del reparto Vista Alegre, en el municipio holguinero de Antilla, se cosió la boca y comenzó una huelga de hambre para presionar a las autoridades locales a que le den respuesta al problema de la vivienda que padecen él y su familia.
"Yo lo hago por el bienestar de mis hijos", aseguró el holguinero ante las cámaras de CubaNet y contó los detalles de la decisión que tomó desde el 11 de septiembre y todo lo que ha pasado en los últimos dos años.
Guilarte Leyva asegura que las autoridades del Partido Comunista y el Gobierno de Holguín conocen su situación y a pesar de que la casa está declarada inhabitable, hasta el momento no hay una solución.
La funcionaria holguinera Ana Rafaela Hernández Rosa, que es presidenta de la Asamblea del Poder Popular en Antilla, prometió ayuda a la familia de Guilarte Leyva, pero ha faltado a su palabra y él no podido arreglar su casa; contó al medio de prensa independiente.
"Esto es fuego, o me hacen mi casa o algo pasa", aseguró el vecino de Vista Alegre que no levantará "el plante" hasta que no vea que "pongan el primer bloque".
En el interior de la vivienda viven con el temor de que se les venga abajo el techo, apuntalado con una vara de madera que soporta todo el peso de una cubierta que muestra evidentes signos de deterioro.
"Todos los dirigentes de este municipio dicen que esto está inhabitable, pero ¿dónde me voy a meter?", se pregunta este padre, que asegura no tener a dónde ir con su familia.
Su esposa, según cuenta, intentó quitarse la vida porque desde hace varios días no ve a sus hijos, ya que las condiciones de la vivienda los ponen en peligro.
Los niños, por su parte, también sufren por la estresante situación que viven, agudizada ahora por la decisión que adoptó su padre ya que desde hace casi una semana no se ven.
"Están gravemente afectados de los nervios y no quiero que me ven así", aseguró el hombre con la voz entrecortada y dijo que no se cosió toda la boca porque quería primero contar su situación antes de llevar su cuerpo al extremo con la huelga de hambre y los daños físicos correspondientes.
Con la esperanza de que su caso se conozca colocó carteles en la entrada de su maltrecho hogar culpando a las autoridades cubanas de su situación y exigiendo una vivienda digna, como lo establece la Constitución de 2019 en su artículo 71, donde se reconoce además el derecho a un hábitat seguro y saludable.
"Yo soy padre de familia y si tengo que morir para demostrarle al mundo la injusticia que se está cometiendo en este municipio yo lo voy a hacer, para que el mundo vea y sienta lo que está pasando en Antilla", finalizó Guilarte Leyva.
El déficit habitacional de Holguín es de más de 115 mil viviendas, según datos del Ministerio de la Construcción del 2018. Hasta el 2028 las autoridades cubanas tienen un plan de construcción de hogares para dar respuesta a ese problema en un territorio donde más de 160 mil hogares tienen condiciones regulares o mal.
No es el suyo el único caso de cubano que decide coserse la boca en señal de protesta por los abusos de las autoridades de la isla o la falta de gestión para solucionar sus problemas se ha incrementado en los últimos tiempos.
Uno de los más mediáticos fue el rapero Maykel Osorbo, que procedió de tal forma justo después de ser citado en una estación de la Policía en La Habana.
"¡Yo no he cometido ningún delito! Me acosan diariamente, incluso allanan mi casa y no pasa nada. Voy a ir a la citación solo. Yo soy Maykel Castillo Pérez, no soy ningún delincuente. Más respeto conmigo y con los artistas del Movimiento San Isidro", escribió en Facebook.
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