El doctor cubano Reinier Sori Estévez ha decidido abandonar la misión médica de Venezuela junto a su novia, también cubana y especialista en Medicina General, víctima de abusos sexuales por parte de uno de sus jefes, coordinador puesto a dedo por el Gobierno de Cuba. "Aguantas por miles de cosas hasta que llega el día que detonas", confiesa.
Cuando el doctor Sori Estévez acudió al responsable de los temas jurídicos de los colaboradores cubanos en Caracas para denunciar que este responsable de la misión había llegado a acosar y hasta a tocarle los senos a su novia, éste le disuadió de interponer una denuncia so pretexto de que le traería problemas.
El sábado 26 de septiembre el Dr. Sori Estévez comenzó a ser asediado por teléfono después de que hiciera las primeras denuncias a través de su muro de Facebook porque él y su pareja habían sido enviados a trabajar a 3.000 metros sobre el nivel del mar, en uno de los lugares más peligrosos que tiene Venezuela, mientras los jefes decidían su posible traslado al Amazonas.
No tuvieron en cuenta, explica el Dr. Sori Estévez, que por su condición de intensivista debería estar, en su opinión, cerca del CDI (Centro de Diagnóstico Integral). "Fue una represalia. Fue la manera que encontraron los jefes para hacerme callar", dice.
Ésta fue la gota que colmó el vaso. El doctor Sori Estévez y su novia abandonaron este domingo 27 de septiembre la misión médica cubana en Venezuela y marcharon hacia Colombia. "Estamos sin dinero. Necesitamos asilo político. Yo tengo familia en Miami, pero no tengo los contactos", asegura a CiberCuba.
Pese a lo ocurrido, el Dr. Sori Estévez cree que el detonante de esta situación llegó en su primera misión "hace muchos años". "Me obstinaron", comenta desde una casa de resguardo.
A preguntas de este periódico sobre si considera que ha sido sometido a trabajos forzosos, como sospecha la Organización de Naciones Unidas, el Dr. Sori Estévez es contundente: "Sí creo que en algún momento hemos realizado trabajo forzoso. Hacemos muchas guardias consecutivas; caminamos largas distancias, a veces sin equipamiento médico o sin agua para tomar, solamente contando con que las autoridades venezolanas nos ayuden en algo; haciendo pesquisas activas bajo el sol o la lluvia, por caminos engorrosos. No contamos con un apoyo directo de la jefatura de la misión médica. Eso es una realidad", dice.
Pese a que las condiciones son muy duras, nadie protesta. "¡Ay, mija, quién se va a meter con esa gente. El que se meta con esa gente le pasa lo que me pasó a mí. Todos en contra mía haciéndome lo que les parece. Incluso uno de ellos llegó a abusar de mi novia. Es el coordinador del VAM, donde está el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Amelia Blanco, que es el de referencia de la misión, donde están todos los hijitos de mamá y papá, los primitos y los sobrinitos del jefe. Está enclavado casi en el centro de Caracas, en la avenida Andrés Bello. Denuncié al lumpen este, que intentó forzar a mi novia y todavía está ahí con la bata blanca, trabajando", se queja a CiberCuba.
No es fácil denunciar. "El jefe de Estado, en el distrito capital, es un teniente coronel de las FAR y el jefe de todas las misiones en Venezuela es un mayor del MININT. ¿Contra quién te vas a meter? Serías tú solo contra el mundo y arriesgando tu vida porque te pueden mandar a hacer cualquier cosa. Ellos viven como reyes. Eso lo saben todos. Viven en apartamentos gigantes, bien equipados, con aire climatizado. Los que están en el trabajo forzoso y haciendo esfuerzos infrahumanos son los médicos, los colegas que entregan todo para trabajar y para echar para alante; para cumplir y atender al pueblo".
Y para ejemplificarlo explica que antes de cumplir misión en Caracas él se encontraba en el estado de Zulia, en la frontera con Colombia, y allí los médicos pudieron hacer frente al coronavirus gracias a una donación de equipos de bioseguridad y medicamentos hecha por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). "De no ser por ellos, nosotros no habríamos tenido las condiciones para enfrentar la COVID-19", reconoce.
"Todo el que ha participado de una misión médica sabe que aquí los que mejor viven son los jefes. Eso lo sabe todo el mundo, pero nadie se atreve a decirlo. Bueno, me atreví yo. No sé, si hay otro por ahí que lo está diciendo, ya seremos más", señala.
A partir de ahora, el Dr. Sori Estévez y su novia se enfrentean a los retos de todos los cubanos que deciden emigrar. "Voy a tratar de luchar; de trabajar en lo que se pueda; estudiar para intentar hacer la reválida y trabajar en la Medicina, que es lo que mejor sabemos hacer. ¿Y si no? Trabajamos en lo que sea, en lo que venga. Pero ya basta de humillaciones y de mentiras".
Además, asegura que si por denunciar toda la corrupción de la misión cubana en Venezuela le convierten en un perseguido político pretende solicitar asilo. "Tengo que preservar mi vida y la de mi pareja. Yo no voy a parar de denunciarlos a ellos. Voy a decir todo lo que sé", advierte.
"Son muchos años de ver la sinvergüenzura, ahí, al lado, constantemente y aguantar, aguantar y aguantar, hasta un día que no aguantas más", concluye.
Una de las principales fuentes de ingreso de Cuba
A mediados de septiembre, la prensa oficialista admitió que las misiones médicas enviadas al exterior son una de las principales fuentes de ingresos del Gobierno cubano.
Sólo en 2018, Cuba ingresó 6 400 millones de pesos en concepto de Servicios de Exportación Sociales y de Salud, más del doble de los ingresos por turismo, según cifras oficiales.
En febrero de este año 2020, había más de 28 700 profesionales cubanos de la Salud trabajando en 59 países. A esos datos que maneja la prensa oficialista hay que añadir los 3 772 cooperantes que han sido enviados por Cuba a 40 países desde que empezó la crisis del coronavirus, en marzo pasado. En total, son casi 32.000 profesionales.
No hay datos oficiales sobre cuántos médicos abandonan cada año las misiones en el extranjero, pero sólo en 2015, el Gobierno de Estados Unidos entregó 1.663 visas a profesionales cubanos de la Salud.
El pasado 25 de junio pasado el Programa Mais Médicos informó de la incorporación de 1.012 médicos cubanos para enfrentar el coronavirus en Brasil, que fueron destinados a municipios de los Distritos Sanitarios Especiales Indígenas. Esta vez, se hizo mediante una convocatoria pública específica para médicos cubanos que fueron despedidos tras la ruptura del convenio entre Cuba y Brasil.
Hay que tener en cuenta que el Gobierno de Jair Bolsonaro ha llegado recientemente a un acuerdo para investigar las violaciones a los profesionales de las misiones médicas cubanas.
También a los tribunales de Guatemala ha llegado una denuncia que busca paralizar la renovación del contrato con las misiones médicas cubanas.
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