Un grupo de cubanos recluido en uno de los centros de aislamiento que han habilitado las autoridades para pasar la cuarentena del COVID-19, han estallado de indignación ante la mala calidad de la comida que allí les ofrecen.
En las imágenes grabadas por el móvil de una persona que se identifica como cubana residente en el extranjero, se observa a un grupo de personas, en su mayoría mujeres, que protestan airadamente por la comida que les han traído esa noche: fufú de plátano.
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“Esto no es comida ni ná de eso”, se escucha decir al autor de la grabación. “Tú no tienes la culpa (dice dirigiéndose a una de las personas que traen la comida)… pero desde que llegamos aquí la comida está pésima. Uno no es un perro ni ná de eso, pa’ comer sancocho”.
“Eso es una mierda”, insiste la autora del video una y otra vez, visiblemente alterada por las malas condiciones en que permanecen recluidos en el centro de aislamiento (al parecer en La Habana). “¡Qué nos saquen de aquí! ¡Yo no quiero eso! ¡Si en mi casa yo no como esa mierda!”.
“¡Cuando dan pollo es un hueso, todo es una mierda!”. En el video se aprecia el pasillo de un edificio lleno de personas que allí hacen la cuarentena. “Pal Facebook que lo voy a subir”, dice la autora de las imágenes. “¡Súbelo, súbelo!”, le animan otras voces.
“¡Qué tol mundo se queje!”, protesta la persona que realiza el video. “¡Fufú ni fufú! ¿Quién pinga les dijo que uno es un animal pa’ eso?”. Los improperios le llueven a los responsables que han traído la comida. Una mujer les grita desde el pasillo a la calle: “¡O traen comida, o cierren esta pinga de una vez ya!”.
“¡Oye, aquí hay niños!”, se escucha desesperada gritar a una madre, “¿dónde está el administrador y el director de aquí?”. “¡Que den la cara ellos!”, se escucha gritar a varias personas. “¡Qué llamen a la policía que nos están matando de hambre!”.
“¡Llévenle esa comida a los puercos, el que tenga puercos! ¡Aquí hay niños, mujeres, viejos, personas; no puercos!”. A pesar de la intensa protesta, las personas coinciden en señalar que los empleados que han traído la comida no tienen la culpa, que los que tiene que responder son “los que nunca vienen”.
“Uno aguanta un día, uno aguanta dos… pero todos los días es la misma cochinada aquí. El yogur picado, tengo todos los menús filmados”, dice la persona que graba el video. Por atrás se escucha la voz de alguien que dice: “Están comiéndose toda la comida que deben traer aquí”.
“¡El mono se botó pa’ la calle! ¡Aquí lo que hay es mucha hambre!”, se oye decir al final de grabación, mientras se escucha la voz de un niño pequeño que rompe a llorar.
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