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El grupo Santiagueros por el Bienestar Animal (SALBA), una organización protectora de mascotas que desde el año 2018 opera en Santiago de Cuba a pesar de no existir en el país un marco legal regulatorio que respalde dicha labor, se ha aliado a varios negocios privados de la urbe como una alternativa para mantener su trabajo proteccionista.
Hasta la fecha, el bar discoteca Candado Café, la cafetería Burger Like y el negocio de impresiones HearstPrint, han tendido su mano a SALBA porque comprenden la necesidad de su trabajo en un país donde los animales carecen de derechos, y sobre todo, saben que a estos protectores les urge ayuda de todo tipo.
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El incremento de precios de los alimentos, fundamentalmente tras la aparición del nuevo coronavirus, y el aumento de los animales que atienden en refugios permanentes y transitorios, más los que protegen en las calles, han hecho que dicha organización busque alternativas de financiamiento.
A decir de Tahimí María Hernández Puig, coordinadora general de SALBA, “hay varios negocios privados que están colaborando con nosotros, también otros han mostrado intenciones de hacerlo, pero estamos estudiando todas las propuestas y sobre todo queremos hacerlo de manera oficial, es algo en lo que seguiremos trabajando en el futuro”.
El caso de Burger Like, por ejemplo, desde el pasado mes de agosto el 13 por ciento del ingreso de cada añadido de queso a los platos que sirven, va a parar a los fondos de SALBA: “para apoyarlos en su noble labor de ayudar a los animales sin hogar de Santiago de Cuba”.
Por su parte, Manuel Alexander Suárez, dueño de Candado Café, dice que tiene, como ha hecho hasta ahora, la intención de ayudar de varias formas: “a veces aporto con un dinerito, otras con comida… Me gustan los animales, los perros fundamentalmente, entonces me identifico con lo que hace SALBA por los animales callejeros. Ojalá y muchas otras personas que se identifiquen con el movimiento de protección animal que existe en Cuba, ayudaran como pudieran, porque a veces hace falta manos, otras ocasiones, les urge recursos. Toda ayuda hacia ellos y los animales, creo que es válida”.
Sin embargo, la alianza con los emprendedores privados no es la única manera de ingresar recursos a SALBA, el reciclaje de materias primas ha derivado también en otra alternativa viable.
Según Tahimí María Hernández Puig, “estamos intentando hacer sustentable la labor, hasta ahora los fondos del grupo vienen fundamentalmente de la ayuda de colaboradores y la cotización de los miembros, cada uno damos 25 pesos como mínimo, aunque el que quiera dar más puede hacerlo, y también cada miembro aporta una latica de arroz para la alimentación. Pero hemos tenido que buscar otros modos de sustento porque la labor del grupo ha crecido, el número de animales en hogares temporales y en refugios también ha crecido, y es alto, así como el pago que tenemos que hacer para comprar alimentos y medicamentos también es elevado”.
SALBA se enfoca, sobre todo, en aquellas materias primas que tienen gran valor en los centros de recogida: botellas de cerveza y de ron Santiago y Havana Club, pomos plásticos de agua y refresco, de los pequeños y las llamadas «balitas» (1.5 litros), también en las latas de refresco y cerveza, y en pozuelos de helado.
“Es nuestro deseo continuar con el tema de la recogida de materias primas, estrategia que asumimos desde el primer día. Extenderemos la recogida en el parque de Ferreiro por un tiempo más. También aplicamos variantes como la entrega en varios puntos de recogida en la ciudad, en la casa de los miembros de SALBA, en otros casos las personas pueden vender la materia prima y darnos el dinero directamente. Cuando nos contactan, les decimos el lugar más cercano donde dejar las materias primas dependiendo de donde viva la persona. La idea es continuar, cualquier aporte y ayuda es importante”.
Casi tres años después de haberse constituido hacer de SALBA un proyecto sostenible, económicamente hablando, es por mucho la principal misión de sus miembros y organizadores en la actualidad.
SALBA tiene hoy 37 miembros activos, miles de seguidores en las redes sociales y más de 100 animales a los protege constantemente, aunque no cuantifican los muchos más que de forma ambulante o momentáneamente reciben atención –y quizás duplique la centena o la triplique–, por eso buscan ayuda pues, lamentablemente, entre el hecho de rescatar un callejero y que llegue a un hogar donde reciba amor, se requieren recursos que hoy asumen en su mayoría los propios miembros y colaboradores… pero es insuficiente.
La labor de SALBA en la actualidad, como la vida misma, se ha dificultado grandemente por la Covid, que ha provocado la imposibilidad de recibir ayuda en productos procedente del exterior, la gran dificultad de traer de otras naciones medicamentos, y un largo etcétera, y les ha obligado a reinventarse y buscar alternativas que le garanticen perdurar por algunos años más, una de ellas, aliarse con el sector emprendedor.
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