El Papa Francisco considera que el sistema capitalista demostró haber fracasado durante la pandemia del nuevo coronavirus, en una nueva carta encíclica donde llama a las personas a ser “capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”.
En su tercera encíclica, ‘Hermanos todos’ (Fratelli Tutti, en italiano), el Papa arremete contra el neoliberalismo y el populismo al analizar la crisis del mundo actual en plena pandemia, subrayando que “el mercado solo no resuelve todo”.
El documento fue firmado el sábado en la basílica donde reposan los restos de San Francisco de Asís, de quien el Papa tomó el nombre cuando ocupó la silla de Pedro después del cónclave de 2013.
En sus líneas, el Pontífice arremete contra el consumismo, la globalización despiadada, el liberalismo económico, la tiranía de la propiedad privada sobre el derecho a los bienes comunes, la falta de empatía hacia los inmigrantes o, incluso, el control que ejercen las compañías digitales sobre la población y la información.
“Más allá de las diversas respuestas que dieron los distintos países, se evidenció la incapacidad de actuar conjuntamente. A pesar de estar hiperconectados, existía una fragmentación que volvía más difícil resolver los problemas que nos afectan a todos”, escribió.
“El mundo avanzaba de manera implacable hacia una economía que, utilizando los avances tecnológicos, procuraba reducir los ‘costos humanos’, y algunos pretendían hacernos creer que bastaba la libertad de mercado para que todo estuviera asegurado. Pero el golpe duro e inesperado de esta pandemia fuera de control obligó por la fuerza a volver a pensar en los seres humanos, en todos, más que en el beneficio de algunos”, agregó.
“El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”, sostuvo.
Para el líder religioso, la pandemia del coronavirus ha demostrado que las "teorías mágicas" del capitalismo de mercado han fracasado y que el mundo necesita una nueva clase de política que fomente el diálogo y la solidaridad, al tiempo que rechace la guerra a toda costa.
“Al margen de las distintas formas en las que los diversos países respondieron a la crisis, su incapacidad para trabajar juntos se hizo bastante evidente”, aseguró.
“El neoliberalismo sencillamente se reproduce recurriendo a teorías mágicas de 'derrame' o 'goteo', sin usar ese nombre, como la única solución a los problemas de la sociedad […] Se presta poca atención al hecho de que el supuesto 'derrame' no resuelve la desigualdad que da pie a nuevas formas de violencia que amenazan el tejido de la sociedad”, apuntó.
De igual modo, Francisco convocó a la redistribución de la riqueza para ayudar a los más pobres y a un acceso más justo de todos a los recursos naturales. También llamó a la abolición de las armas nucleares y la pena de muerte, posiciones que han sido atacadas por los católicos conservadores, particularmente en Estados Unidos.
En otro momento se refirió al tema del racismo tras el movimiento Black Lives Matter. “El racismo es un virus que muta rápidamente y, en lugar de desaparecer, se esconde y permanece al acecho”, expuso en la encíclica de 86 páginas, donde reafirmó y nuevamente defendió su posición política que le ha ganado adeptos y detractores en el mundo.
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