El periodista independiente cubano Héctor Luis Valdés Cocho denunció en sus redes sociales las diferentes acciones de acoso que sufrió por parte de las autoridades del régimen el sábado, en una jornada que terminó con un arresto y una multa de 2000 pesos.
Cocho, reportero del portal web anticomunista Diario Heraldo de Cuba, escribió en su muro de Facebook su ‘Crónica de un fracaso anunciado’, en el que comienza recordando que para enfrentar a los represores pone en práctica lo que le enseñaron sus abuelos: jamás doblegarse ante el enemigo y mantener firme en la mirada ante quien lo acosa.
Según relató el joven, el 10 de octubre por la mañana sus vecinos le informaron que su casa estaba de nuevo sitiada por agentes de la Seguridad del Estado que habían ido con una patrulla, un carro particular y tres motos Suzuki.
“Supuestamente me tenían vigilancia puesta para impedirme la asistencia a la convocatoria realizada por el Movimiento San Isidro, donde se realizaría una actividad pacífica artística en celebración a dicha fecha de júbilo para todos nosotros”, explicó.
“Al enterarme en qué condición me encontraba, preso domiciliar sin cometer delito alguno, sin infringir la ley, me dirigí hacia donde estaba el mayor Denis, el cual me afirma lo que ya me sospechaba. Cito: ‘No puedes salir de tu casa, no dejaremos que cubras la noticia del alboroto en San Isidro. Si sales, créeme que serás multado con el Decreto Ley 370 y serás regulado’”, precisó.
El joven disidente no se quedó callado y le replicó al oficial: “¿Por qué violan ustedes mismos una Constitución que fue aprobada según dicen por unanimidad? ¿Tú puedes dormir tranquilo sabiendo que en tu conciencia está tanta represión, hostigamiento y abuso a tu semejante?”.
Ante esa situación, Valdés Cocho junto al colaborador de la página web ADN Cuba Esteban Rodríguez, decidieron escribir en una sábana las frases: ‘No Más Represión’, ‘No Más Multas’ y ‘Abajo el Comunismo’ y la colgaron desde la azotea de la vivienda, sabiendo “que todo el peso de este despliegue represivo caería sobre nosotros”.
Los jóvenes querían participar en la convocatoria lanzada para salir a las 4: 20 de la tarde, a protestar por la violencia policial que el día anterior impidió a la activista Anamely Ramos González acudir a la casa del artista plástico Luis Manuel Otero Alcántara.
“¡No nos pudimos resistir a este llamado! Salimos a la hora acordada y ahí fue donde comenzó todo. Enseguida nos dieron captura”, relató.
El periodista fue conducido a Villa Marista, donde los esperaba una teniente coronel que se identificó como Karina. Antes de interrogarlo le ordenaron que se desnudara para comprobar que no llevaba micrófonos escondidos o algún artefacto tecnológico.
La oficial le cuestionó su trabajo como periodista independiente y le dijo que ese día no había hecho periodismo, sino activismo.
Él respondió que son ellos, los represores, quienes convierten a los periodistas cubanos en activistas, antes de acogerse a su derecho de guardar silencio.
Fue entonces que le comunicaron que sería multado con el Decreto 14, en su artículo 21 inciso 3, por supuestamente “afear el ornato público”.
“Me causó dudas, ya que está en pésimo estado la infraestructura de las viviendas capitalinas, sin contar con la ineficiencia de comunales en la recogida de desechos sólidos en La Habana. Lógicamente me negué a firmar dicho Decreto, ya que lo considero arbitrario”, recalcó el opositor.
“Sólo le dejé saber a la represora Karina que no sería la última vez que nos veríamos, que continuarían los interrogatorios, porque no pretendía callarme jamás, seguiría denunciando la mentira de un sistema político inservible”, sentenció.
Un total de 17 personas fueron arrestadas el sábado por la Seguridad del Estado, cuando intentaban participar en una protesta contra el acoso policial a artistas, activistas políticos y periodistas independientes, según informó la organización independiente Cubalex.
En el barrio de San Isidro, en La Habana, un grupo de individuos al servicio del régimen reprimió a opositores entonando las notas del Himno Nacional, mientras sus víctimas pedían a gritos “democracia”.
El hecho fue documentado parcialmente por la periodista de CiberCuba, Iliana Hernández, quien fue aprehendida en el acto.
El suceso fue la respuesta del Gobierno a la iniciativa de varios miembros de la sociedad civil cubana de unirse en una coalición para protestar contra la represión.
Decenas de activistas redactaron una declaración conjunta para exigir el cumplimiento del artículo 56 de la Constitución, que establece que “los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado”.
“Artistas, periodistas y activistas de la sociedad civil cubana decimos BASTA, estamos en contra de tanta violencia y arbitrariedad. No permitiremos que se siga normalizando la violación de los Derechos Humanos en Cuba”, subrayó el mensaje.
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