Médicos y enfermeras de un hospital en Andorra manifestaron su descontento con el servicio de colaboración de los profesionales cubanos que llegaron al principado para combatir el coronavirus y afirmaron que prefieren no trabajar más con ellos.
El personal sanitario del hospital Meritxell, en esa localidad del norte de España, dijo que se encuentran al límite de sus fuerzas en la contención del COVID-19 y pidieron a la dirección del centro contratar algunos refuerzos, pero no quieren que sean cubanos.
"Mejor que los médicos cubanos se queden en casa", expresaron.
Reconocen que "son buenos profesionales, con gran dedicación, pero están acostumbrados a trabajar con un modelo diferente".
Entre las causas de su descontento está que se pierde mucho tiempo enseñando a los cubanos el funcionamiento del hospital, de las máquinas, y a trabajar con la tecnología moderna.
"La experiencia no fue satisfactoria con la brigada que vino a Andorra a apoyar, no por falta de ganas ni de ayudar, son buenos profesionales en su país, pero están acostumbrados a trabajar con sus aparatos y no dominan la tecnología más avanzada que se utiliza en el hospital de Meritxell, por lo que hubo muchas complicaciones para trabajar conjuntamente y se requirió mucha dedicación para explicar cómo funcionan algunas de las máquinas", subrayaron.
"Hay recursos, respiradores y difícilmente se llegará a la saturación, pero el personal está al límite, no exhausto pero consciente de que ante una segunda ola harán falta buenos profesionales, recursos humanos ante una enfermedad que se comporta muy diferente al resto, y para la que no han sido preparados a pesar de la promesa que les hizo la dirección", declararon a Diari d´Andorra.
La polémica sobre el servicio médicos de los cubanos inicio en abril pasado, cuando el Servicio de Atención Médica de Andorra (SAAS) debió publicar un comunicado a raíz de un artículo de la prensa local que ponía en duda la capacidad profesional de algunos de estos profesionales.
Con el título “Sanitarios cubanos: más cuidadores que enfermeros”, el diario Altaveu había dicho en un artículo que el personal cubano contaba con “suficiente conocimiento médico”, pero algunos tenían “poca capacitación y menos experiencia en asuntos clínicos”, lo que habría llevado a ponerlos en “tareas de segunda fila, entre comillas y con el debido respeto”.
Cuba envió una brigada compuesta por 39 médicos a Andorra el pasado 29 de marzo, luego de que el ministro de Salud de ese principado, Joan Martínez Benazet, pidiera refuerzos a varios países para combatir la enfermedad.
Sin embargo, luego reconoció que recibió la propuesta de convenio de La Habana el mismo día que los cubanos llegaron a ese pequeño principado independiente ubicado entre Francia y España en las montañas de los Pirineos.
El pasado 2 de julio los últimos miembros de este grupo regresaron a Cuba, a excepción de dos galenos que abandonaron la misión y huyeron a España.
Durante la pandemia del coronavirus el régimen cubano envió a más de 2000 profesionales de la Salud a distintos países bajo costosos convenios. En algunos de ellos, como Ecuador, México e Italia, también hubo quejas sobre el desempeño de los médicos de la isla.
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