Dagoberto Valdés, director del Centro de Estudios Convivencia, ha reflexionado en su habitual columna Lunes de Dagoberto, sobre la nueva medida de Estados Unidos que afecta al envío de dinero a familiares en Cuba a través de empresas controladas por los militares. "Vivir de remesas de forma permanente y sistemática es inmoral porque acostumbra a los cubanos a vivir del trabajo ajeno", escribió.
Pese a estar en contra de todo lo que afecta a la unidad de la familia cubana en la Isla y el extranjero, Valdés, cree que en este caso hay que profundizar en las raíces de la dependencia de la familia cubana de las remesas que llegan del exterior.
Lo hace a raíz de EE.UU. haya anunciado que suspenderá desde el próximo 27 de noviembre el envío de remesas a través de Western Union y la financiera estatal cubana FINCIMEX, vinculada a Cimex y Gaesa, el conglomerado empresarial controlado por el general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja.
Intelectual católico para la prensa independiente y contrarrevolucionario para la enciclopedia oficialista Ecured, Dagoberto Valdés señala entre las causas de la dependencia cubana de las remesas, los salarios insuficientes que paga el Gobierno, el modelo económico ineficiente de Cuba; la devaluación de la moneda nacional y el hecho de que el Estado pague a los trabajadores en pesos y les venda productos de primera necesidad en dólares.
Para acabar con esta situación se necesitan, en su opinión, salidas socio-económicas "reales y definitivas". "La solución sería que estas cuatro causas fueran rectificadas y se transitara ágilmente hacia una economía social de mercado", propone en su artículo.
Sin embargo, como esto no ocurre, se está produciendo una desfiguración "del carácter emprendedor de la cultura cubana" por lo que se está perdiendo "el sentido, el valor y la dignidad del trabajo de los cubanos". Por tanto, las necesidades que deberían ser cubiertas por un salario en sintonía con la carestía de la vida se cubren en Cuba con remesas.
"Vivir de las remesas de forma permanente y sistemática es inmoral porque acostumbra a los cubanos a vivir del trabajo ajeno, y a acostumbrarse a que la prosperidad de su vida personal y familiar depende a la generosidad de personas que viven fuera", escribió.
Esto no se debe a "vagancia voluntaria" o "falta de vergüenza" de quienes no quieren trabajar. "Se trata de vivir en un sistema cuyo trabajo no tiene productividad, cuyos salarios no alcanzan para nada, cuya moneda se ha devaluado y cuyos mercados venden en una moneda extrajera con la que no se paga el mísero salario", recalca.
Por eso no entiende que entre cubanos nos enfrentemos por la medida que ha tomado Estados Unidos sin ir a las causas del problema. "Llevamos más de 60 años con un modelo socio-económico 'que no funciona ni para nosotros mismos' y ese modelo no se ha cambiado por motivos políticos. No se quiere perder el control estatal sobre la vida de los cubanos y no se quiere liberar total y estructuralmente las fuerzas productivas. Continúan los subterfugios para acotar y bloquear el carácter emprendedor de los cubanos que, poco a poco, sin darnos cuenta, pero de forma dramática, vamos perdiendo el sentido del trabajo y dejamos que nuestro proyecto de vida dependa de las remesas porque no podemos, no nos dejan empoderarnos, ni crear riqueza, ni invertir, ni exportar de forma independiente", señaló.
Valdés cree fundamental identificar dónde están las trabas internas y exigir al Gobierno que cada cubano pueda vivir de su salario porque no tiene sentido seguir criticando medidas externas sin cuestionar las causas las provocan.
"Estoy seguro que si esas transformaciones y cambios estructurales se realizaran de forma rápida y ordenada con el protagonismo de los cubanos, no dependeremos de las remesas, no se dividirán nuestras familias por razones políticas, ideológicas o por el lugar de residencia", añadió.
Para Dagoberto Valdés está claro que la unidad de la familia cubana se consolidaría cambiando un sistema que ha demostrado ser "improductivo, insuficiente y deformante".
"Eso no depende de las remesas, depende de que la economía, el trabajo, el salario real, la moneda y la libertad de empresa se liberen de los bloqueos internos, y eso nos liberará de los bloqueos externos. Ambos perjudican a las familias cubanas pero no confundamos las consecuencias con las causas", concluyó.
Las remesas constituyen la segunda fuente de ingreso del Gobierno de Cuba, sólo superada por los servicios profesionales en el exterior. Cuba recibe por este concepto una media al año 3.500 millones.
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