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Yamila Núñez Parada es madre de tres niños. Al no tener vivienda ocupó un local del Estado que estaba abandonado y las autoridades ahora intentan desalojarla sin ofrecer una alternativa a su caso.
“Quieren que me vaya de la vivienda, pero no me puedo ir de ahí porque ¿dónde voy a vivir?”, explica esta cubana de 29 años, vecina de Palma Soriano en Santiago de Cuba.
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Yamila denunció a través de Cubanet la represión y persecución que ha recibido por parte de las instituciones del gobierno que quieren que abandone el local que ocupó para poder vivir con sus hijos.
“Yo necesito esa vivienda ya porque tengo tres niños que no tienen donde hacer sus necesidades, no tienen una cocina para que yo les haga sus alimentos, no tienen nada, incluso dormimos 4 personas en una sola cama”, explicó esta madre soltera.
Núñez contó como hay días que no tienen alimentos y ha tenido que vender hasta su ropa para poder sostener a sus hijos.
Narró, además, como sus vecinos, funcionarios del gobierno, los ofenden a ella y a sus hijos para que abandonen el local en que viven. Con la voz entrecortada Yamila confesó que han llegado a decirle expresiones racistas hacia sus pequeños como “¡recoge a esos monos!”.
“Yo me siento dolida, no aguanto más, por eso quiero denunciar al gobierno cubano. Incluso ya vino una patrulla y me estuvieron mirando. Yo me siento con miedo”, denunció con voz temblorosa y lágrimas en los ojos esta madre cubana.
Yamila Núñez explicó que junto al local en que vive, el gobierno tiene previsto construir la vivienda del Jefe de la Policía y la casa de otro funcionario, por lo que el hecho de que ella viva allí con sus tres niños se ha vuelto un problema.
“Mi hijo salió corriendo hoy al ver una serie de personas hostigándome y diciendo que tengo que irme de la casa. Yo estoy en mi derecho y eso lo dijo Miguel Díaz-Canel”, indicó la joven en referencia a declaraciones del gobernante cubano en que este orientaba que a las madres con 3 o más hijos el Estado les debe priorizar el subsidio para arreglar sus viviendas.
Esta mujer tuvo que abandonar la casa en que vivía con su familia porque convivía con muchas personas más sus tres hijos. Lleva un año viviendo con ellos en una oficina, sin baño ni cocina. Además, ha tenido que enfrentar continuos intentos de derrumbarle una pared estando ellos habitando el local.
Yamila estudió tres años en la Universidad de Santiago de Cuba, pero dejó los estudios porque no tenía suficiente solvencia económica y debía cuidar de sus hijos. Trabaja en el sector privado como empleada de limpieza para poder sostenerlos.
“Los padres de mis hijos no me ayudan económicamente, pero no me interesa, soy madre, son mis hijos y ellos no me pesan”, indicó esta cubana que lucha por un lugar en el que pueda cuidar de sus pequeños en paz.
“Me siento con miedo, por mí y por mis hijos. Yo sé que hoy estoy hablando y mañana van a venir y van a seguir hostigándome. Yo no me puedo ir porque no tengo a dónde irme. Es un abuso lo que está haciendo el gobierno cubano conmigo”, indicó profundamente dolida esta cubana.
El problema de la vivienda en Cuba golpea seriamente tanto en los municipios y zonas rurales como en las urbes más importantes del país. No hay opciones de alquiler y cuando aparecen los precios son tan altos que es imposible pagarlo con un salario en moneda nacional.
El gobierno no resuelve la situación, los derrumbes se acumulan año tras año y cada vez más familias se lanzan a ocupar locales vacíos y desatendidos del Estado.
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