Arrestan a activistas cubanos por exigir liberación de Denis Solís con una lectura de poesía

Fueron detenidos Luis Manuel Otero, Iliana Hernández, Anamely Ramos, Katherine Bisquet, Maykel Castillo y Esteban Rodríguez.


Este artículo es de hace 4 años

Miembros del Movimiento San Isidro, activistas y artistas independientes cubanos fueron arrestados este domingo en La Habana por exigir la liberación inmediata del rapero Denis Solís González, quien fue violentamente detenido el pasado lunes y podría enfrentar años de cárcel por una causa fabricada por la Seguridad del Estado.

La escritora Katherine Bisquet, la reportera de CiberCuba Iliana Hernández y los integrantes del Movimiento San Isidro Luis Manuel Otero Alcántara, Anamely Ramos, Maykel "Osorbo" Castillo y Esteban Rodríguez fueron detenidos por leer poesía en la vía pública a modo de exigencia por la liberación de Solís.


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Los mencionados activistas han sido acosados y detenidos en más de una ocasión en la última semana, desde el arresto de Denis, por plantarse en las afueras de la estación de Cuba y Chacón, en La Habana Vieja, donde lo tenían retenido, y exigir su liberación.

Actualmente, Solís está en la prisión de Valle Grande por supuesto desacato a la autoridad. Agentes de la Seguridad del Estado que intimidaron a su familia y registraron su casa sin ninguna orden, les mostraron un papel donde decía que le abrirían una causa por droga.

En la escala de violencia y represión que ha desatado la Seguridad del Estado en la semana que termina, Luis Manuel y Maykel fueron arrestados cuando se dirigían a la estación, Iliana estuvo detenida dos veces para impedirle también llegar hasta allí, Omara Ruiz Urquiola fue golpeada y Anamely Ramos nunca logró salir de la estación de policía, donde fue detenida y golpeada solo por pedir información sobre el paradero de Denis.

Este domingo, todos decidieron reunirse y "cambiar la dinámica de la violencia por la violencia y la represión por la represión", y responder a todas las arbitrariedades con arte.

Los activistas se reunieron para leer poesía públicamente, por la libertad de Denis, los presos políticos y Cuba, y fueron todos detenidos.

En los últimos tres días, organizaciones internacionales se han pronunciado en contra de la ola represiva y el arresto arbitrario de activistas, periodistas y artistas en la isla.

Poco antes del arresto de los activistas, el Movimiento San Isidro había difundido en sus redes sociales un comunicado en el que exige la inmediata liberación del rapero y activista Denis Solís González. A continuación reproducimos su contenido íntegramente:

Comunicado por la liberación de Denis Solís González

En el Barrio de San Isidro, Denis Solís González fue detenido violentamente en plena calle el lunes 9 de noviembre. En el transcurso de solo 3 días lo llevaron a la estación policial de Cuba y Chacón, de ahí al VIVAC y luego a Valle Grande. Como ya es habitual en estos casos políticos, no le permitieron hacer ninguna llamada a su familia. En cambio, oficiales de la Seguridad del Estado fueron a su casa en dos ocasiones para intimidar a sus familiares y llevarse el teléfono de Denis. Incurrieron así en múltiples violaciones: no respetaron la inviolabilidad del domicilio, hicieron un registro sin orden y sin testigos, y se llevaron unos zapatos de Denis sin levantar un acta de ocupación. Aunque también es ilegal que los oficiales de la seguridad informen sobre denuncias o abran causas, le mostraron a la familia de Denis un papel donde decía que le abrirían una causa por droga.

Denis estaba siendo hostigado desde hacía varios días por estos oficiales a través de amenazas, ofensas y postas en las inmediaciones de su domicilio. Finalmente fue detenido cuando decidió salir de su casa, sitiada, para hacer una gestión.

El viernes 13 Anamely Ramos fue a la estación de Cuba y Chacón para averiguar sobre la situación de Denis. El oficial que la atendió en la oficina de procesos, le explicó que le habían hecho un juicio por desacato y que ya estaba en Valle Grande sancionado.

Insistimos en la gravedad que representa el marco temporal en que se desarrollaron todos estos eventos. En solo tres días un ciudadano de este país fue violentamente arrestado sin cargos, trasladado a tres instituciones de las fuerzas represivas y procesado por una causa construida. Todo esto, además, ocurrió sin permitírsele una sola llamada telefónica. Esta conjunción de atrocidades sobre un ciudadano no solo viola sus derechos humanos más elementales y coloca a Cuba al mismo nivel que la Rusia stalinista de las Grandes Purgas, donde se procesaban "delincuentes sin delitos", sino que además viola olímpicamente los presupuestos de nuestra propia Constitución.

Si permitimos que un atropello de esta escala proceda en Cuba, ¿qué recurso le queda entonces al ciudadano cubano para enfrentarse a un poder que arremete ciegamente una y otra vez, como una bestia ciega, ante los cuestionamientos más elementales no ya del ciudadano cubano que se piensa a sí mismo como ciudadano cubano, sino de los seres humanos y por tanto sociales que viven en Cuba y que se piensan a sí mismos como seres humanos y por tanto sociales?

Anamely nunca salió de la estación, fue detenida y golpeada de manera arbitraria solo por indagar sobre una información que debe estar a disposición de todo ciudadano.

Los activistas que se congregaron fuera de la estación más tarde, también fueron detenidos. La escalada de violencia se ha mantenido por tres días consecutivos. Luego de cada detención, hemos vuelto una y otra vez, incluso de madrugada, para seguir exigiendo de manera pacífica la liberación de Denis.

La violencia y el abuso de poder se han convertido en norma en Cuba y hemos vivido un ascenso desmedido en los últimos meses, en los que el Estado se ha aprovechado de la situación excepcional que representa la pandemia del coronavirus. Si se suma esto al desabastecimiento de productos básicos, a la imposición de multas a la población y a la actuación fuera de la ley de los agentes de la Seguridad del Estado y de la PNR, nos encontramos entonces ante el cuadro insostenible sobre el que se golpean nuestros días.

Frente a esta lógica de la violencia, solo tenemos nuestros cuerpos y la confianza en la justeza de nuestras demandas.

Denunciamos el desamparo en el que nos encontramos ante la impunidad ilegítima de la Seguridad del Estado. Denunciamos la arbitrariedad de la causa construida a Denis Solís y todas las violaciones ocurridas en su proceso.

Exigimos su inmediata liberación.

Lo exigimos de manera pacífica con la poesía como espada.

¡La poesía la haremos todos!

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