Un grupo de cubanos se ha congregado frente a la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, en Nueva York, para protestar por la violencia de Estado que ejerce el régimen contra los activistas en huelga de hambre del Movimiento San Isidro, sus acompañantes, familiares y amigos.
Con pancartas en las que se leía “Libertad para Denis Solís”, “Los queremos vivos, los queremos libres”, o “San Isidro está en peligro”, tanto en inglés como en español, los manifestantes se desplegaron a lo largo de la acera frente al edificio de la legación cubana. “Salven a los artistas cubanos en huelga de hambre”, se leía en otra.
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“El silencio mata. Libertad para Cuba”, rezaba otra de las pancartas enarboladas frente a la Misión Permanente. Los manifestantes llevaban mascarillas y mantuvieron la distancia de seguridad que imponen las medidas de lucha contra la pandemia de coronavirus.
“Protestamos aquí, porque en Cuba está prohibido protestar”, anunciaba una de las pancartas de los asistentes. Aunque la protesta transcurrió de manera bastante silenciosa, hubo momentos en los que se escucharon mensajes contra la represión en Cuba y gritos de "Libertad, libertad".
Exiliados que protestaban por la injusticia y la falta de humanidad de las autoridades cubanas: en Nueva York se pudo ver una representación de la sociedad civil cubana movida por la solidaridad, y por la voluntad de pasar página de la dictadura y cambiar la realidad cubana.
El edificio de la legación, en el número 315 de Lexington Ave, es uno de los enclaves más importantes de la diplomacia del régimen. El embajador, Pedro Luis Pedroso Cuesta, es alguien con experiencia en el discurso del régimen ante los organismos internacionales.
Antes de ocupar su cargo actual, Pedroso fue el representante permanente de Cuba ante la ONU en Ginebra. Desde esta posición, intervino ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para defender la postura de en este organismo.
El representante de una dictadura de más de sesenta años aprovechó entonces la ocasión para reprochar al Consejo por no haber tratado en sus sesiones "la pérdida de legitimidad de los sistemas y partidos políticos y el cuestionamiento de sistemas electorales abstencionistas".
En aquel momento, Pedroso censuró también al Consejo "la aplicación de enfoques selectivos y politizados para abordar cuestiones de derechos humanos" y "la manipulación de conceptos y principios o de la utilización del tema de derechos humanos para justificar agendas intervencionistas que nada tienen que ver con la genuina preocupación por la promoción y protección de estos derechos".
Habrá que preguntarle a Pedroso Cuesta que entiende por genuina preocupación por la promoción y protección de los derechos humanos. Y si ve alguna relación entre ella y el hecho de que un puñado de jóvenes cubanos estén agonizando para exigir un trato digno, justo y respetuoso de los derechos humanos y las libertades.
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