Amnistía Internacional (AI) denunció la vigilancia y el acoso del que son víctimas los huelguistas del Movimiento San Isidro (MSI), así como activistas y artistas que protestaron frente al ministerio de cultura el 27N.
“Inaceptables desde el punto de vista del derecho internacional”, así calificó AI una situación que viola los derechos de personas que no han sido condenadas y ni siquiera juzgadas por ningún cargo, ni tribunal alguno.
El derecho a la privacidad y a la libertad de circulación, entre otros, fueron identificados por esta organización no gubernamental como vulnerados en el caso de personas que, según AI, afrontan “niveles aterradores” de vigilancia y se exponen a ser detenidos si abandonan su casa, lo cual equivale a un arresto domiciliario ilegal.
“El inquietante nivel de restricciones al que se ven sometidos ahora activistas y periodistas independientes es como algo salido de una novela de Orwell ambientada en las calles flanqueadas de palmeras de La Habana” ha comparado Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de la ONG.
La evaluación que hace AI está basada en evidencia recopilada a lo largo de estas últimas semanas, entre testimonios de activistas y el análisis de fotos y videos que documentan la vigilancia de la seguridad del estado. “La presencia policial fuera de sus hogares y la constante amenaza de arresto es tan implacable que los activistas son esencialmente encarcelados en sus propios hogares” constata la organización,
La denuncia va acompañada de un exhaustivo análisis de la documentación recibida de los activistas. Entre el 1 y 13 de diciembre, Amnistía comprobó la presencia de 24 vehículos policiales diferentes en tareas de vigilancia y hostigamiento de los activistas del MSI y el 27N. Policías y represores vestidos de civil en motocicletas también forman parte de las pruebas enviadas a la organización para sustentar la denuncia.
“Varios activistas tenían al menos cinco vehículos policiales diferentes estacionados fuera de su casa durante ese mismo período”, señaló la organización. Entre las víctimas de esta oleada de represión, AI apunta al caso de Luis Manuel Otero Alcántara y Anamely Ramos González, quienes ya fueron considerados prisioneros de conciencia por parte de la organización tras el allanamiento de la sede del MSI en Damas 955.
En el caso de Ramos, Amnistía denunció el hostigamiento sufrido después del desalojo en la sede del MSI. La profesora, crítico de arte y curadora fue detenida arbitrariamente cuando intentaba regresar a la sede del movimiento y mantenida durante horas en paradero desconocido. Después de casi dos semanas en reclusión forzosa, la única salida que le permitieron hacer fue para dirigirse a la embajada de México, país en el que la activista estudia un doctorado en antropología. Anamely cree que la excepción fue hecha porque a las autoridades “les conviene” que abandone el país.
Por su parte, Otero Alcántara expuso ante la organización el trato recibido por la seguridad del estado luego del desalojo de la sede del MSI, que también es su casa. El ingreso en un hospital contra su voluntad y la vigilancia constante en su habitación formaron parte de la vulneración de los derechos de este “artivista” que se mantuvo en huelga de hambre y sed durante siete días protestando por el injusto proceso sufrido por el rapero Denis Solís. Desde su regreso a casa el pasado 2 de diciembre, Otero tiene vigilancia policial permanente en las esquinas de la calle de su casa, además de una cámara de vigilancia que apunta directamente a su puerta.
Anamely Ramos González, Omara Ruiz Urquiola, Maykel Castillo Pérez, Esteban Lázaro Rodríguez López, Niovel Alexander Tamayo y Osmel Adrián Rubió Santos han estado bajo vigilancia casi permanente durante casi semanas, expone Amnistía Internacional.
“Otros activistas y periodistas independientes, incluidos Óscar Casanella, Héctor Luis Valdés Cocho, Katherine Bisquet, Camila Ramírez Lobón, Osmani Pardo Guerra e Iliana Hernández, también han sido vigilados de forma permanente o en días específicos fuera de sus hogares”, denuncia la ONG.
Dada la magnitud del operativo de vigilancia, AI considera probable que muchos más activistas y periodistas independientes se enfrenten a una situación similar. Entre los casos que cita, el del periodista independiente Reinaldo Escobar, quien fue detenido e interrogado durante cuatro horas y luego liberado.
Asimismo, la periodista de 14ymedio Luz Escobar también ha estado bajo vigilancia regular, reconoce Aministía Internacional en su denuncia, en la que advierte que se mantendrán “monitoreando esta alarmante situación”. Con anterioridad a esta denuncia, AI había estado siguiendo la evolución de los acontecimientos y mostrando su solidaridad con los huelguistas del MSI.
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