El presidente designado Miguel Díaz-Canel calificó este jueves al Movimiento San Isidro (MSI) como un reducido grupo de provocadores vinculados al "golpe no tan blando" que se preparó contra Cuba en un año de extremas dificultades internas, y dijo que las organizaciones progubernamentales están permanentemente convocadas a actuar en las calles.
"No podemos permitir que 3 ó 4 provocadores nos conviertan en una zona comunitaria en vertedero mediático de quienes la presentan como territorio de gente que odia la revolución", dijo Díaz Canel en alusión al MSI, aunque sin mencionarlo por su nombre.
En otra de las tácitas referencias al MSI, Díaz-Canel consideró que debe trabajarse "social e integralmente en proyectos con las familias en sus barrios, colmándolos de respeto, identidad y autoestima, para que todos sus vecinos sientan orgullo por ese pedazo de patria, de su país, su Gobierno y su revolución".
El mandatario cubano dedicó el segmento final de su discurso de clausura en el sexto período de sesiones de la Asamblea Nacional a los sucesos desatados por la huelga de hambre y sed de miembros del MSI, el asalto violento a la sede de la agrupación y la manifestación de jóvenes artistas e intelectuales ante la sede del Ministerio de Cultura (MINCULT), a finales del pasado noviembre.
"Se nos echaron encima con todo... Provocaciones desde actitudes mercenarias conectadas con huelgas falsas de supuestos artistas que intentaban buscar atraer a la opinión pública y a la intelectualidad para imponer diálogos camuflados en preocupaciones auténticas del sector", dijo Díaz-Canel, que tampoco identificó a los protagonistas del llamado movimiento 27N.
El discurso de Díaz-Canel ante el plenario del Parlamento cubano coincidió este 17 de diciembre con una reunión de miembros del MSI y manifestantes del 27N en la Iglesia de Reina, en La Habana, donde reafiormaron sus reclamos de pluralidad y defensa de las libertades de expresión y creación. El grupo reunido recordó que los artistas Tania Bruguera y Luis Manuel Otero Alcántara, líder del MSI, se encuentran privados de libertad de movimiento, mientras que Maykel Osorbo fue detenido arbitrariariamente al intentar salir de su domicilio.
Tras el asalto a la sede del MSI y la sentada frente al MINCULT, la Seguridad del Estado ha arreciado la vigilancia y persecución de activistas, artistas, intelectuales y periodistas independientes relacionados con ambos acontecimientos.
La Asamblea Nacional abrió incluso sus sesiones el miércoles con una arremetida contra los activistas y opositores cubanos. El presidente del Parlamento y el Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández, invocó palabras del Fidel Castro para enfatizar que no habrá tolerancia "con la gusanera y con la contrarrevolución", “Todo eso no tenemos por qué permitirlo. Hay que aplicarles sencillamente las leyes de la revolución”, dijo Lazo, quien tampoco nombró directamente al MSI y el 27N. .
Pero este jueves Díaz-Canel obvió referirse a las acciones represivas desencadenadas contra los manifestantes y se enfocó en demigrarlos como parte de una estrategia de desestabilización del país, liderada por Estados Unidos con la mediación de organizaciones como la USAID y la NED.
Para el gobernante, las demandas de los jóvenes del 27N eran más reclamos extraartísticos con el propósito de servir de estrado a "proyectos de confrontación" para crear una oposición política sin base social.
"Y como telón de fondo acciones terroristas, falsas noticias y amenazas violentas por las redes [sociales], eso es en pocas palabras el resumen del golpe no tan blando que se preparó para Cuba como aguinaldo final de un año difícil", afirmó.
Díaz-Canel dijo que durante este año se recrudecieron las amenazas desde Estados Unidos y "llovió dinero" para propiciar lo que muchos creían el golpe final a Cuba, Venezuela y Nicaragua en un presumible segundo período del presidente Donald Trump, y manifestó que se trataba de crear en la isla "una situación de inestabilidad y tensiones" que impidiera el posible retorno del diálogo en caso de una posible victoria del demócrata Joe Biden.
"Hay un enjambre anexionista queriendo que nuestro proyecto de país se venga abajo, tratando de sacar partido de nuestras escaseces y de paralizar las transformaciones en curso", advirtió. "El escenario del golpe suave sigue activo y la guerra no convencional busca los espacios más diversos para desatarse".
Insistió en que está en marcha "una guerra despiadada" contra Cuba bajo un paraguas de premios y otra dádivas a través de ONG y agencias dependientes de Estados Unidos y otros gobiernos extranjeros, que -según el mandatario- financian grupos y acciones dirigidas a denigrar y debilitar al país.
"Los líderes de laboratorio aparentan tomar distancia de los violentos. Se disfrazan de pacíficos negociadores políticos y tratarán de imponer sus agendas apostando al estallido social si sus demandas no son cumplidas", expresó.
Reconoció que "los enemigos" acostumbran a golpear en momentos difíciles para la economía y la sociedad cubanas, y dijo que el contexto es "más complejo y agresivo que nunca".
Refiriéndose al papel de las organizaciones políticas y de masas ante los retos actuales, dijo que están llamadas ser más proactivas e influyentes, y recomendó que no solo deben trabajar con los convencidos, sino también con los apáticos. Aseveró además que hay una cuota de responsabilidad de las autoridades en no haber sido capaces de sumar a los indiferentes.
"Las organizaciones están permanentemente convocadas a actuar en las calles. No solo para organizar actos o proclamar nuestras consignas. ¡Están convocadas a trabajar!, a visitar escuelas, barrios, a interactuar, para conocer problemáticas y realidades de nuestra gente", reafirmó.
Díaz-Canel resaltó que una vez más el gobierno cubano ha podido derrotar y desarticular "las más perversas intenciones del imperio para destruir la Revolución", y advirtió que "nuevas provocaciones están en curso y nuevamente las derrotaremos".
También dijo que es hora de evaluar "las fallas. los vacios, el acomodamiento, la insensibilidad, el formalismo, la burocracia y el inmovilismo enquistado en algunas instituciones".
"Es vital para la nación mantener vivo y en desarrollo ascendente el dialogo con los jóvenes en todas las instituciones y a todos los niveles. Tenemos el deber y la responsabilidad de atraerlos y atender sus propuestas", sentenció.
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