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La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) autorizó distribuir una segunda vacuna contra el coronavirus sintetizada por la compañía Moderna.
La nueva vacuna se sumará a la distribución de la ya aprobada recientemente y desarrollada por las compañías Pfizer y BioNTech.
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Una vez que se autorice su uso de emergencia, la vacuna de Moderna podría beneficiar a 20 millones de norteamericanos antes de que se acabe el 2020, y a otros 30 millones en enero de 2021.
Esta segunda versión mostró una eficacia de un 94% de inmunidad contra el COVID-19 dentro de la muestra de 30 000 personas que la empresa escogió para probar su fármaco.
Según la agencia de noticias AP, después de varias horas, los panelistas de FDA decidieron aprobar la inyección con una votación de 20 a 0 y solo una abstención, pues los beneficios para personas adultas superan con creces los riesgos.
La doctora Hayley Gans, del Centro Médico de la Universidad de Stanford, dijo al respecto: “La evidencia que se ha estudiado en gran detalle sobre esta vacuna supera por mucho cualquier problema que hemos visto”.
Tanto la vacuna de Moderna como la de Pfizer-BioNTech utilizan fragmentos del código genético del nuevo coronavirus para entrenar al sistema inmunológico y combatir el virus, a diferencia de las vacunas antivirales anteriores que usan virus muertos o debilitados.
En la actualidad las tasas de casos positivos siguen aumentando rápidamente en Estados Unidos, mientras que la cantidad de vacunas producidas no son suficientes para empezar a paliar el virus, de ahí la necesidad de una segunda vacuna.
La vacuna de Moderna no provocó graves reacciones alérgicas en los sujetos de prueba, sin embargo, sus efectos secundarios -como sarpullido, ronchas o picazón- fueron ligeramente mayores en las personas a las que les fue administrada la vacuna realmente que entre aquellas a quienes solo les suministraron un placebo.
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