El Ministerio de Cultura entregará este domingo el Premio Nacional del Humor 2020 a la artista Juana Bacallao y al pintor, caricaturista e historietista cubano Arístides Hernández (Ares), después de concedérseles a ambos el galardón a comienzos de diciembre.
La decisión del jurado respondió a los grandes aportes y contribuciones a la defensa del humorismo cubano, dijeron medios oficialistas. En opinión de los especialistas, la selección de Ares debe a su vasta obra, 'salpicada siempre de humor'. La gala para entregar el lauro se celebrará a las 21:00 (hora local) en el Teatro Carlos Marx en La Habana.
El jurado estuvo integrado por personalidades del arte escénico cubano como Osvaldo Doimeadiós, Pedro Méndez, Luis Enríquez (Kike) Quiñones, Víctor Pagola, Luis Alexis Pérez Mora, Omar Franco, Maikel Cerralvo, Carlos Fundora y Rafael Pérez-Malo.
Entre los nominados al premio estuvieron Ulises Toirac, Francisco Blanco (Blanquito), Ángel García Mesa (Antolín), Mario Aguirre, Cirita Santana, Carmita Ruiz, Eduardo del Llano y Jorge Losada.
Graduado de médico psiquiatra, la obra de Ares está presente en publicaciones periódicas y revistas especializadas de humorismo gráfico cubanas. Este año resultó ganador del Gran Premio del Concurso Internacional UYACC 2020 Anticoronavirus, realizado en China.
Por su parte, Juana Bacallao, cuyo nombre real es Neris Amelia Martínez Salazar, es una cantante, música, actriz de cabaret y personaje popular cubano que nació el 26 de mayo de 1925 en la barriada habanera de Cayo Hueso, por lo que hoy tiene 95 años.
A los seis años, tras quedar huérfana, fue internada en una escuela de monjas de las Hermanas Oblatas, donde aprendió a tocar el piano.
La artista, reconocida por su peculiar proyección y vestuarios, además de por interpretar canciones con textos burlescos o trágicos, compartió escenario con varias figuras de distintas épocas.
Entre ellas, Rita Montaner, Meme Solís, Moraima Secada, Celeste Mendoza, Nat King Cole, Bola de Nieve, Ninon Sevilla, Cantinflas, Rosita Fornés, Omara Portuondo, Rafaela Carrá, Benny Moré, Chano Pozo y Elena Burque.
De ese modo, llegó a ser reconocida como un ícono de la cultura popular cubana. Debido a su singular modo de interpretación y su espontaneidad, fue bautizada como la Diosa negra de los cabarets cubanos tras amenizar la vida habanera en los principales centros nocturnos como Sans Sousi, Tropicana, Copa Room del Riviera, Parisien del Hotel Nacional de Cuba, Salón Rojo del Capri, Caribe del Hotel Habana Libre, el Bar Alí y Palermo.
En la escena internacional, se presentó en Estados Unidos, Francia, México, Venezuela, República Dominicana, España y en la Opéra-Comique de París donde tuvo, con éxito, tres presentaciones.
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