La activista y reportera de CiberCuba Iliana Hernández hizo pública la experiencia que vivió un amigo con una persona de su familia, adoctrinada por el aparato propagandístico del régimen cubano, y que había sido capaz de quitarse la “venda de los ojos” sobre la realidad de Cuba.
Sin revelar la identidad de quien le escribió, Hernández reprodujo en su muro de Facebook el relato de un disidente cubano que convenció a su tía sobre los atropellos del aparato represivo del gobierno.
Al compartir la anécdota, la activista afirmó: “Estas son las experiencias que te hacen sentir orgullo de estar del lado correcto de la historia”, y luego explicó que, aunque el mensaje fue enviado a ella, lo hizo público porque “su sentir es algo que nos pertenece a todos”.
En el inicio de su mensaje, el disidente cuenta a Iliana: “Hoy tuve una experiencia sensacional, alguien de mi familia que siempre fue 'comunista', militante y tal, me 'aconsejó' que no hiciera más lo que estaba haciendo, preocupada por lo que me podía ocurrir a mí y a mi familia”.
“Después de exponerle unos puntos, un pequeño intercambio de informaciones y anécdotas, se desahogó, me mostró su apoyo cuando descubrió que yo, su sobrino, que le conoce, sabe de mis principios y tal, le dije que nadie me estaba pagando, que estaba luchando por y para mi familia, que era en ellos primeramente en quien pensaba, que estaba por convicción, que no estaba manipulado, que eran puras mentiras lo del NTV”, contó el cubano.
“Me sentí fenomenal, ella, militante del PCC, me cree, sabe que tenemos la razón, que ha sido engañada durante 62 años, ella, profesora de historia, adoctrinada, hoy, se quitó la venda de los ojos y sentí, por primera vez, el orgullo de mi familia, después de años siendo la oveja negra”, afirmó.
Hacia el final del mensaje, el autor dijo sentirse profundamente conmovido. Afirmó, además, que ninguna dictadura soporta el peso de la verdad.
“Es que con la fuerza de la razón nadie puede, ni el más entremañado sistema de represores. Mientras escribo corren mis lágrimas por mis mejillas, creo, sé, que este es el mejor momento de mi vida hasta el momento, y ahora, más que nunca, tengo fuerzas para seguir luchando, ahora que saben el porqué de mi lucha, ahora, no puedo defraudarlos, uffff, las lágrimas mejores sentidas de mi existencia. Muy buenas noches a todos”, concluye el mensaje.
Episodios íntimos como este son muy frecuentes entre los cubanos, donde padres, abuelos, generaciones que crecieron desde los primeros años de la revolución censuran o cuestionan, desde el temor más legítimo, cualquier acto de contestación de los más jóvenes.
En la publicación varios internautas enviaron palabras de aliento o relataron experiencias personales similares.
Un usuario comentó: “Mi familia también está entendiendo gracias a Dios. Todos se están dando cuenta que estaban engañados y equivocados”.
En el mismo post, otro cubano relató: “Me pasó parecido. Hace unos días (con) un amigo mío (militante del PCC), estuve debatiendo un rato y me dijo, popularmente hablando, la tuerca tú la puedes trancar, pero si la sigues apretando SE VA DE ROSCA”.
Otro internauta cubano narró su propio episodio, muy similar al publicado por la activista: “Eso mismo me pasó a mí con una persona que quiero y admiro mucho, me abrazó fuerte, me dio un beso y me dijo, ven acá mi opositor, que las diferencias de ideologías no nos separen. El amor y el cariño que sentimos no tiene nada que ver en esto, y después en forma de jarana, pero como quien dice lo que siente, me dijo, tú tienes razón en todo, ellos son unos inmorales. Me sentí tan fuerte y tan convencido de lo que he hecho y de lo que haré, con más fuerzas y más razones”.
En el post, unos 50 internautas expusieron historias de vida similares.
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