Los cubanos llevan días haciendo largas colas para poder adquirir un pedazo de carne de cerdo y otros alimentos con que despedir el año. Las ferias se encuentran abarrotadas de personas y no se cubre la demanda de comida.
Estas colas en Cuba no son para compras gourmet, ni productos de lujo a bajos precios, sino para conseguir lo elemental a llevar a la mesa este fin de año y tener algo que compartir en familia.
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Las colas se han convertido en un tormento para los cubanos en cualquier provincia del país, en cualquier fecha del año y para cualquier tema, tanto si se trata de productos de primera necesidad, servicios públicos, o alimentos.
Las imágenes de la feria que acompañan este texto, pertenecen a la provincia Artemisa, donde continúan reportándose casos de coronavirus en la actualidad. Sin embargo, ante la crisis de alimentos, las personas no pueden aislarse y dejar de intentar ir a hacer alguna compra.
La estrategia del Gobierno en la capital, ante su incapacidad para dar respuesta a la demanda de comida, fue crear una red de 30 establecimientos donde los productos se venden de forma liberada, "pero controlada", anotándolos en la libreta de abastecimiento y presentando el carnet de identidad.
La carne de cerdo, por ejemplo, la pasada semana comenzó a venderse en estos puntos de La Habana, a 40 pesos la libra, los productos ahumados a 45 pesos, mientras los precios de los embutidos y del pescado variarán según su tipo.
Las colas alcanzan también a las tiendas en MLC, donde podría esperarse que por el alto precio de los alimentos podría encontrarse una oferta más variada y estable. Sin embargo, muchos cubanos salen con las manos vacías y decepcionados.
Estas tiendas recaudadoras de divisas tienen precios abusivos y aún así no garantizan que la mercancía llegue a todos los que pueden pagarla, por lo que tampoco son una opción segura para adquirir alimentos en Cuba.
La tradición cubana de comer cerdo asado en fin de año es cada vez más difícil de mantener en el país, donde la escasez alimentaria y la incapacidad del Gobierno para solventarla llevan a incentivar el consumo de otras carnes, como la del cuy (curiel), pretendida “alternativa rápida y sostenible para alcanzar la soberanía alimentaria”.
Miguel Díaz-Canel, por su parte, continúa culpando a Estados Unidos de las carencias que vive Cuba, aunque esta semana indicó que las políticas del presidente Donald Trump han sido “un fracaso rotundo y notorio”.
Díaz-Canel señaló además que en 2020 Cuba ha tenido "menos medicinas, menos comida, menos transporte..., pero también menos contagios, menos enfermos y menos fallecidos", comparándose con el vecino del Norte, lo que según su criterio solo se explica por tener más voluntad política, más solidaridad y más justicia social.
El mandatario cubano indicó que las estrategias estadounidenses de hundir la economía cubana no fructificarán y que su Gobierno tiene la convicción de que es posible construir relaciones respetuosa y perdurable entre ambas naciones. Sin embargo, aseguró que no cederá "ni un ápice en la soberanía ni en la revolución. Los principios no estarán nunca sobre la mesa", dijo.
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