El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) afirmó en su informe anual que la represión en Cuba durante 20210 "tomó una deriva peligrosa que coloca al país a las puertas de un proceso similar a la Primavera Negra de 2003".
En el documento señalan que durante el año que recién concluyó se mantuvieron las prohibiciones y limitaciones al ejercicio de libertades de los ciudadanos en la isla, a la par que se asistió a una escalada represiva del gobierno. También reseñan que las recurrentes detenciones arbitrarias se ampliaron a sectores sociales como el de la cultura y que aumentaron las acciones contra el periodismo independiente, con 425 actos represivos contra periodistas, reporteros y activistas independientes.
Observadores y colaboradores del OCDH documentaron 1.798 detenciones arbitrarias en Cuba y, en al menos 216 de ellas, uso la violencia por parte de las autoridades.
Las retenciones forzosas de activistas en sus casas, sitiados para impedirles la salida, se contabilizaron en 1.647 casos.
Alusión directa dedica el informe a la aplicación del decreto 370 y "la imposición de multas totalmente abusivas e injustificadas a los ciudadanos que discreparon con sus políticas o que simplemente reflejaron en redes sociales la difícil situación social que atraviesa la población", contabilizadas según el observatorio en "al menos 320 multas contra activistas de la oposición y la sociedad civil".
De los "ataques de odio" constatados este año en Cuba incluyen tanto los impulsados desde la Asamblea Nacional del Poder Popular como las amenazas que se han hecho desde los medios estatales de comunicación contra algunos ciudadanos.
Para el OCDH, el gobierno cubano además de funcionar al margen de los derechos humanos, va contra estos, incluso contra los que establecieron en su propia Constitución.
Con respecto al abuso de la fuerza por parte de la policía y la Seguridad del Estado refieren el caso de Hansel Ernesto Hernández Galiano, de 26 años, quien murió de un disparo a manos de un policía en La Habana, durante una detención.
El informe de OCDH indica que hubo en 2020 al menos tres olas represivas. La del 30 de junio, en respuesta a las protestas contra el racismo y la violencia policial; la de 8 de septiembre, en respuesta a la «Revolución de los Girasoles»; y la que se inició el 26 de noviembre con el asalto a la intervención violenta en la sede del Movimiento San Isidro.
De la gestión que se ha hecho pandemia del coronavirus considera que ha servido de pretexto al gobierno para limitar diversos derechos, en especial la libertad de expresión, de movimiento, el debido proceso y las libertades económicas.
"Nunca antes los derechos sociales en Cuba han sido tan vulnerados. Y no se puede decir que ello sea producto solamente de una coyuntura económica, que inició en 2019 y que ahora se vio empeorada en 2020 con la crisis del COVID-19, sino al fracaso total de un sistema que prometió tácitamente derechos sociales a cambio de libertades políticas y que ahora ha dejado a once millones de cubanos sin una cosa y sin la otra», expresan en el informe.
Tras "estudios realizados sobre el terreno" constataron "el deterioro de los servicios públicos esenciales y el empobrecimiento de los hogares cubanos" y que durante el segundo semestre del año "el 21% de las familias cubanas vivía con menos de 20 dólares al mes"
El 77% de los cubanos manifestó una situación de escasez severa o moderada y el 42% aseguró tener problemas para comprar lo más esencial para sobrevivir.
La percepción de un futuro cercano por parte de los cubanos no es muy optimista y el 70% de ellos consideró que empeorarán las condiciones para conseguir alimentos y medicamentos.
En un ambiente de precariedad, aguda crisis económica y sanitaria, aseguran, se ha dado la mayor vulneración de los derechos humanos.
Sobre la gestión de Miguel Díaz-Canel como gobernante de Cuba señalan que "no ha supuesto una mejoría en casi ningún aspecto para la vida de los cubanos y que su gobierno "cerró el año con 108 cubanos encarcelados o en correccionales con internamiento por el mero hecho de pensar y actuar de manera independiente y libre; esto es, únicamente por motivos políticos o de conciencia".
El Observatorio concluye su informe indicando que la vieja excusa de que la situación de Cuba es causada por un enemigo externo cada vez es menos creíble y denunciando que las principales causas del sufrimiento de la ciudadanía son internas y están asociadas al desapego del régimen con los derechos humanos.
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