Un tribunal ruso ordenó este lunes 30 días de prisión preventiva para el opositor Alexei Navalny, tras su controvertido arresto el domingo, al llegar a Moscú procedente de Alemania, donde estuvo cinco meses convaleciente por un envenenamiento.
“Me han impuesto 30 días de prisión preventiva, hasta el 15 de febrero de 2021”, escribió Navalny en su cuenta de Twitter desde la misma sala en la que se celebró una audiencia judicial en una dependencia policial en las afueras de Moscú. Su abogado Vadim Kobzev corroboró la sentencia.
En YouTube, el rostro más conocido de la oposición rusa llamó a la población a protestar. “Todos los días perdemos las oportunidades que nos da el presente. Todos los días estamos perdiendo nuestro futuro: ¡20 años seguidos ya! Durante 20 años seguidos nos hemos empobrecido, nuestro país se está degradando, nuestra educación está empeorando, nuestra atención médica es cada vez más miserable. Y nadie puede detener esto excepto nosotros mismos. Así que les insto: no se queden callados, resistan, salgan a la calle. Nadie puede protegernos sino nosotros mismos, y somos tantos que si queremos lograr algo, lo lograremos”.
Los abogados del opositor ya adelantaron que recurrirán el fallo, que tacharon de “absolutamente ilegal”, mientras varias decenas de sus partidarios exigían su liberación en las inmediaciones de la comisaría.
La portavoz de Navalny, Kira Yarmish, también denunció que no le permitieron acceder a su abogado y que el juicio se celebró en la misma comisaría a la que fue llevado tras el arresto en el aeropuerto. “Esto no se puede llamar ni siquiera parodia de la arbitrariedad”, agregó en Twitter.
El Servicio Federal Penitenciario de Rusia, que emitió en diciembre pasado una orden de busca y captura contra el opositor, se dirigió a los tribunales para que conviertan la pena suspendida de 3,5 años que le fue impuesta a Navalni por una real.
Navalny fue detenido en el control de revisión de pasaportes del aeropuerto Sheremetievo de Moscú al llegar el domingo desde Berlín, donde fue atendido después del envenenamiento sufrido en agosto con lo que expertos militares alemanes definieron como el compuesto Novichok.
Tras su arresto, el disidente ruso calificó la medida como un ejemplo de anarquía y arremetió contra el presidente Vladimir Putin, acusándolo de arrojar el código penal por la ventana.
La detención y sentencia contra Navalny agrega tensión a las relaciones entre Moscú y el Occidente que ya habían empeorado tras el envenenamiento.
Numerosos líderes políticos y organizaciones de derechos humanos condenaron la medida e instaron a la inmediata liberación.
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