Se acabaron los mangos bajitos en Cuba

Un oficial de las Brigadas Especiales de Cuba llama la atención de Maykel Osorbo por hablar mal de Fidel Castro y termina soltándole a bocajarro: "Si eres contrarrevolucionario, por qué no te has ido?


Este artículo es de hace 3 años

No tiene desperdicio el intercambio dialéctico entre un agente de las Brigadas Especiales de Cuba y el rapero cubano Maykel Osorbo, cuando el activista hacía una conexión en directo con sus seguidores de Facebook en plena calle en La Habana.

En medio del enfado del músico por la censura de los estudios de grabación independientes, que han sido incluidos en la lista de 124 profesiones vetadas a la iniciativa privada en la Isla, el agente y su perro se acercaron al escuchar cómo Osorbo se refería a la figura de Fidel Castro.


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A pesar de que lo había oído perfectamente, al boina negra no le quedó clara la posición política del rapero y le preguntó sin rodeos si estaba ante un 'contrarrevolucionario'. No le llamó la atención a Maykel Osorbo por hablar de ésta o de aquella manera sino por su afinidad política.

El rapero le contestó de manera irrefutable: "Yo soy cubano como tú", echando por tierra 62 años de odio y filosofía fidelista que tienen el país dividido en dos mitades.

Son ellos, los comunistas, los adictos a expatriar a quienes no comulgan con el PCC. Son ellos los que en 'prime time' arrebatan el derecho a la ciudadanía que nos pertenece por nacimiento. Son ellos los que clasifican la diferencia de pensamiento en categorías apócrifas: mercenarios, terroristas, vendepatrias o gusanos.

No contento con la respuesta del músico, el agente se muestra interesado en saber qué le hizo "Fidel" a Maykel Osorbo, como si quisiera enterarse de los detalles de algún conflicto personal entre ambos. Sólo así, quizás, podía admitir que se refiriera en términos poco amistosos al "líder de esta revolución".

Maykel Osorbo le corrige. Le dice que Fidel es el líder de su revolución (la del brigada especial) y es sólo en ese momento cuando al boina negra le queda claro que no están en el mismo bando (político).

Haciendo gala de una ingenuidad perversa el brigada especial le suelta a bocajarro al rapero: "¿Si eres contrarrevolucionario, por qué no te has ido?"

Brutal. Esa es la llave maestra que abre la puerta a entender por qué llevamos 62 años de decadencia y odios irreconciliables en Cuba.Y la respuesta de Maykel Osorbo es igual de buena cuando le explica que no se ha ido, porque como a él, también le gusta vivir en su país.

Estamos acostumbrados a los palos y creí que en ese preciso instante al rapero le iba a caer un festival de guantazos, pero no. El brigada especial lo dejó marchar ileso, con su enfado a otra parte.

Sigo pensando que la respuesta de Maykel Osorbo al por qué no te has ido es buenísima, pero los emigrantes que estamos fuera de nuestro país, pasando frío, aprendiendo a reír en otras culturas; echando de menos a la familia... tenemos una respuesta igual de contundente para ese agente de las Brigadas Especiales.

Sabemos perfectamente que Maikel Osorbo, Luis Manuel Otero o Iliana Hernández siguen en Cuba porque al Partido Comunista se le acabaron los mangos bajitos.

Ya no pueden soltar presión como lo hicieron en los 80 con el Mariel o en el 94 con los balseros en Guantánamo. Ahora tienen a una generación de jóvenes que no quiere irse de Cuba y que mantiene en jaque a la Seguridad del Estado al negarse a repetir el mantra del pueblo uniformado y uniforme, de pensamiento único y sin fisuras.

Hay hoy en Cuba un rompan filas que no tiene marcha atrás. Y ese grupo de jóvenes de San Isidro y del 27N con los que, en ocasiones, no compartimos las formas ni la ideología, nos han despertado del letargo.

Ellos, con sus ganas de quedarse en Cuba, han sido capaces de avivar nuestra ilusión; de hacer que muchos volvamos a soñar, pensar y hablar en cubano. Ya no nos basta con hacerlo desde el otro confín del mundo. Queremos regresar a un país al que le dimos la espalda porque entendimos que no teníamos nada que hacer allí.

En esencia fuimos obedientes y todos sabemos que las dictaduras necesitan la obediencia y la cooperación. Cooperamos cuando subimos al avión. Obedecimos cuando dimos por hecho que Cuba no es de todos los cubanos, como publicó el diario Granma hace apenas unos días.

Los segurosos siguen sin entender en qué consiste la sintonía. No acaban de dar con la clave de la 'conexión'. Y eso les pasa porque cuando uno se acostumbra a pensar como piensa la élite no admite que un rapero 'mal-hablao' de La Habana Vieja sea capaz de emocionar y movilizar a intelectuales de dentro y fuera del país.

No nos unen las formas sino el coraje y el objetivo común: ver una Cuba donde se respeten los derechos y libertades políticas, económicas y sociales.

Ese rapero 'mal-hablao' ha hecho lo que muchos exiliados no hicimos: defender nuestro derecho a vivir en nuestro país, pero no en una nación en ruinas, sino en un país próspero donde podamos plantearnos el futuro sin que éste pase por la emigración.

En nombre de un partido político que nos han disfrazado de pueblo, los fidelistas se han adueñado de Cuba y durante décadas les compramos el discurso, marchándonos a otra parte.

Creímos que ese país no iba con nosotros y les cedimos nuestro derecho a defender nuestro espacio. Pero señores, pongan los pies en la tierra: se acabaron los mangos bajitos.

Algo ha cambiado definitivamente en Cuba. Ahora si quieren mangos, tendrán que subirse a la mata.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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