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Cubano construye una avioneta en el garaje de su casa en La Habana

El avión, un biplaza de seis metros inspirado en el modelo estadounidense Cessna 152, de 400 kilos y motor de 64 cv, podrá volar por dos horas a 165 km/h.

Adolfo Rivera y sus amigos durante la construcción del avión © Captura de video de Youtube
Adolfo Rivera y sus amigos durante la construcción del avión Foto © Captura de video de Youtube

Este artículo es de hace 3 años

Un cubano de 70 años acaba de cumplir su sueño de construir un avión con sus propias manos.

Adolfo Rivera, un ingeniero mecánico, exhibe en el garaje de su edificio en La Habana el fruto de ocho años de trabajo: una avioneta biplaza de motor lista para volar.

Según relató en entrevista con la agencia The Associated Press, ni las dificultades económicas, ni la burocracia, ni los prejuicios pudieron frenarlo. Miembro de la Federación Cubana de Aviación Deportiva, en 2012 recibió el permiso de la Aeronáutica Civil para construir la aeronave.

También fue imprescindible la ayuda de sus hijos que viven en el extranjero. En sus viajes familiares, Rivera regresaba a Cuba cargado de manuales, piezas y herramientas con los que pudo dar forma a su sueño. Una vez terminada, estima que la aeronave habrá costado unos 5.500 euros.

No es el primer avión que fabrica. En su currículo cuenta el haber construido nueve aeronaves y varios planeadores. El primero de estos lo hizo a finales de los años 60, cuando aún no había cumplido los 20 años. Nunca pudo volarlo porque no encontró tela para hacer las alas.

"Tenía ambiciones mayores... Hasta que llegó este motorizado, biplaza. Quería construir uno que se pudiera insertar en la economía del país para la fumigación, las inspecciones forestales, la defensa, costas, turismo", detalló.

El nuevo avión es un biplaza de seis metros de longitud y 9,2 de envergadura, inspirado en el modelo estadounidense Cessna 152.

Con un peso máximo de 400 kilos y un motor austríaco de 64 cv, podrá despegar a 61 kilómetros por hora y volar durante dos horas ininterrumpidas, a una velocidad máxima de 165 k/h.

Tanto la cabina como las alas están hechas principalmente de madera, un material que escasea en Cuba, lo cual ha demorado aún más el proceso. La hélice de dos palas de caoba y cedro la fabricó un carpintero de La Habana.

Por el momento, Rivera ya superó todos los requisitos para volar, y solo espera que la pandemia de coronavirus remita para poder ver su aeronave surcar el cielo.

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