Nacido en La Habana, el pianista y compositor Harold López-Nussa cuenta a sus 37 años con una consolidada trayectoria artística que le ha valido no solo el reconocimiento nacional e internacional, sino haberse presentado en escenarios de varios países del mundo y en festivales de música com: Montreux Jazz Festival, Barcelona Jazz Festival, Oslo World Music y Verona Jazz Festival y Barcelona Jazz Festival.
Además de ser un gran músico ¿tienes preferencias por algún deporte, digamos los Industriales en el béisbol o el Barça en el fútbol, porque he visto varias fotos tuyas en esos roles? ¿Practicaste algunos como el atletismo o la natación que no lastimarían tus fabulosas manos? Por supuesto me concentro en la edad infantil.
Me encanta todo el deporte, soy un gran fanático de Industriales y del Barcelona. Creo que el deporte es también arte o… ¿alguien tiene dudas de que las jugadas de Germán y Padilla y los regates de Messi no son arte?
Practiqué un poco de natación cuando pequeño y jugué mucha pelota con los amigos de mi natal barrio de San Leopoldo. No hace mucho estuve practicando boxeo con mi amigo el diseñador Nelson Ponce.
¿Boxeo? Bien lejano a lo que pudiésemos pensar ¿verdad? A pesar de tu juventud has vivido intensamente desde el punto de vista de la interpretación y de la composición. ¿Qué ha tenido que sacrificar Harold López-Nusa para poseer un nombre en la pianística cubana y universal?
Lograr éxito en cualquier esfera requiere esfuerzo, nada cae del cielo. Desde pequeño le dediqué muchas horas a estudiar el instrumento y eso por supuesto me limitó de hacer algunas cosas.
Ahora usualmente llevo una vida muy activa viajando para hacer conciertos y eso me hace estar mucho tiempo lejos de mi familia; es lo que más me golpea. Que perseguir tu sueño te lleve a estar lejos de tus seres queridos no es algo que tenía planeado.
De estudiante ¿quiénes eran tus referentes? ¿lo siguen siendo? ¿hay otros además que marcan pauta en este aspecto sobre todo teniendo en cuenta la existencia de brillantísimas figuras de la pianística universal y el brote de talentosos jóvenes?
Mi familia siempre ha sido una referencia para mí, sobre todo mi tío Ernán López-Nussa en lo que refiere a mi instrumento. Pero además hay muchos músicos y sobre todo pianistas cubanos que me han inspirado y me siguen inspirando.
Chucho Valdés, Bebo Valdés, Frank Emilio Flyn, Keith Jarrett, Lily Martínez, Gonzalo Rubalcaba y también muchos pianistas de mi generación que son increíbles y me incitan cada día a mejorar (Rolando Luna, Axel Tosca, Alfredo Rodríguez, Manuel Valera, David Virelles,Tony Rodríguez)…
La lista es larga y me siento muy afortunado de ser parte de una tradición y una generación de pianistas cubanos tan talentosa.
Harold López-Nusa pertenece a una familia de geniales artistas. Sus abuelos paternos eran artistas de la plástica, su mamá fue la profesora de piano Mayra Torres y su padre Ruy López-Nussa, sin dudas, uno de los mejores bateristas que ha dado a luz esta tierra; su hermano menor Ruy Adrián homólogo en su quehacer al padre mientras el tío, el pianista Ernán López-Nussa está considerado uno de los gigantes del jazz cubano.
Con tales antecedentes pienso tenías pocas opciones de no heredar la genialidad en la música. ¿Primeros pasos, primeras escuelas, primeros maestros amén de los que tenías en casa? Teresita Junco en tu vida estudiantil ¿algo para no olvidar?
La música siempre formó parte de nuestra vida. En mi hermano y en mí era algo normal que formaba parte de nuestra vida cotidiana; incluso, si no hubiéramos sido músicos profesionales, la música estaría siempre con nosotros.
Tengo muy lindos recuerdos de mi época de estudiante y de mis amigos y además tuve la suerte de tener dos excelentes maestras de piano: la primera fue Silvia Hechevarría en la escuela Manuel Saumell y después la gran Teresita Junco. Fui muy afortunado de aprender mucho de ellas, del instrumento y de la música.
No tiene fronteras en cuanto a mezclar su música con géneros populares. En varias ocasiones lo ha hecho, por ejemplo, en su CD “Canciones” y en el más reciente, “Te lo dije”, que rinde un homenaje a Juan Formell y los Van Van. En este caso él y su grupo se unieron al vocalista y compositor Cimafunk con el sabroso “Buey Cansao”, clip incluido.
O en el tema Jazzton donde el jazz-reguetón calentó la pista con Randy Malcom.
Baste decir que además contó con valiosísimos aportes de estrellas mundiales como el acordeonista y cantante francés Vincent Peirani, nuestro Kelvis Ochoa y los músicos acompañantes Mayquel González, trompeta; el bajista Julio César González y su hermano, Ruy Adrián en la batería.
Después de este preámbulo… ¿es la música clásica un agente invasor en tus composiciones? ¿Necesitas buscar la fusión? ¿Es el jazz tu zona de confort, tu vía de escape, tu forma de creación preferida?
Sin duda alguna la música clásica está presente a la hora de componer, la mayoría de las veces sin proponérmelo, es algo que forma parte de mí, como mismo lo es la música cubana que corre por nuestras venas.
Me encanta fusionar los géneros y arriesgarme en ideas que no sé de antemano si pueden funcionar; para mí es una parte muy excitante de la creación.
Salirme de la zona de confort es algo que, aunque al principio siempre genera incertidumbre, es muy gratificante cuando sale algo que resulta interesante. El jazz es un género que como ningún otro da mucha libertad, la idea de la improvisación, que no es más que una composición al momento, es muy estimulante; depende de muchas cosas.
¿Cómo cuáles?
De los músicos con que estás tocando, de tu estado de ánimo, del público, del instrumento, etc, etc… pero es algo mágico e irrepetible por eso es tan emocionante adentrarse en ese universo.
Amén del jazz ¿qué representa para ti haber sido acompañado por orquestas de música sinfónica y haber interpretado a los clásicos?
Es muy especial tocar con una orquesta sinfónica. Cuando sientes esa masa sonora que sale de la orquesta te envuelve y te transporta. Es una sensación única, muy especial. Poder tocar las obras de los grandes maestros es un regalo.
El conocimiento que tenían de los instrumentos solistas y de la orquesta es impresionante y con el solo hecho de tocar sus partituras haces un ejercicio de aprendizaje increíble. Hay mucho que aprender de los grandes maestros y sus obras.
¿Qué anécdotas no contadas en otras entrevistas puedes narrarme con Omara, con Buena Vista, con Klímax y Gerardo Piloto, con Teté Caturla, con Carlos Varela?
Cuando toqué con Klimax (que fue un período corto) grabé un disco completo en los estudios de la Egrem; justo después de terminar el disco me fui de gira con la bajista y cantante Yusa y resulta que alguien en la Egrem borró todo el disco.
Tuvieron que grabarlo nuevamente y llamaron a otro pianista pues yo no estaba en La Habana. Me quedé con las ganas de haber grabado un disco con Piloto y Klimax.
Como gran músico que eres ¿te consideras igualmente un gran oyente?
Realmente no me considero un gran músico. Hago lo mejor que puedo e intento cada día mejorar en todos los aspectos. Esto me ha funcionado en lo referente a mejorar, pero a veces me gustaría ser un poco autosuficiente, jejeje. No viene mal en la vida un poco de ego muchas veces.
Y sí ¡me gusta escuchar! muchas veces los músicos no escuchamos con suficiente atención y creo que escuchar es tan importante como decir.
Unos lo consideran vicio. Para mí ha sido siempre una interrogante cuando me deleito con videos de esos monstruos que son el ya desaparecido canadiense Glenn Gould o el estadounidense Keith Jarret, cuyas gestualidades y hasta su voz imprimían una proyección casi única. En mi opinión tú te asemejas en esos aspectos del histrionismo sobre el teclado ¿estás de acuerdo conmigo?
Es algo que sale sin uno querer, cuando me concentro siempre hago ruidos con la boca. Creo que es una especie de vicio que vamos incorporando y después es muy difícil de quitar. En algunas ocasiones me ha traído problemas.
Por ejemplo, en grabaciones donde no se requiere que se escuche mi voz o una que otra vez tocando con alguna orquesta y el director me ha llamado la atención porque mi voz se oye tan alto como el piano… jejeje
Si hay algo universal es que la vida no es un ensayo y esto lo valida la cantidad de premios y reconocimientos que vienes recibiendo desde edades tempranas. De todos ellos ¿cuál es el que más te motivó?
He tenido suerte de recibir varios premios que realmente ayudan a sentir más confianza y además te obligan a hacerlo cada vez mejor. Para mí, el más importante fue el de Montreux, Suiza, en el 2005.
Por el momento y el giro que dio a mi carrera como músico, además de la importancia del concurso a nivel internacional. A partir de ese premio es que realmente decidí centrarme en el jazz y me dio la oportunidad de comenzar una carrera internacional.
Me abrió muchas puertas y además tuve la grandísima suerte de pasar los 15 días del Festival viendo tocar a mis héroes en vivo y en directo. Eso es algo que jamás olvidaré y que sin duda cambió mi vida y mi visión hacia la música y el jazz.
Hay músicos que no ven sus interpretaciones ¿es tu caso? ¿te llevas “muy recio” cuando vuelves sobre un concierto?
Sí, definitivamente soy de esos. Nunca estoy lo suficientemente conforme y no vuelvo casi nunca a escuchar algo que grabé. Creo que nos pasa a muchos músicos. Cuando haces un disco o una composición a la que dedicas mucho tiempo una vez terminada pasas a otra cosa. Lo mismo con los conciertos, me cuesta mucho ver un concierto mío.
Sé que te gusta compartir la escena con una gran cantidad de músicos talentosos. Eres asequible, jocoso, compartidor a la vez que amable, caballeroso ¿es por eso que te dicen que eres un “repartero”?
Trato de ser lo más asequible posible y me encanta compartir la música con amigos. Soy una persona tímida y pienso que por eso utilizo la música para llegar a más personas. Quizás por eso me dicen así.
¿El Jazz Plaza?
A pesar de tener que suspender el Festival de forma presencial y en Teatros (que era lo que todos queríamos) me pareció buenísimo que los organizadores decidieran mantenerlo de manera online para adaptarnos a estos tiempos.
Para mí siempre ha sido un lujo poder participar en el evento de jazz más importante de nuestro país. Tuvimos la posibilidad de hacer un concierto online especialmente para el Festival y tocar la música de nuestro álbum más reciente” Te lo dije”.
Mi padre, emigrante asturiano que se hizo médico limpiando pisos, hombre culto por antonomasia, siempre me decía que a los intelectuales correspondía llevar la bandera si se pretendía un mejoramiento en una nación. ¿Compartes ese pensamiento?
Lo acaecido en las últimas semanas con desacuerdos que involucran a artistas, no a demagogos y aprovechados ¿sería un primer paso para una apertura? ¿Estás conforme con tu status de vida actual?
Pues me gustaría mucho creer que todo lo que ha acontecido lleve a un diálogo más abierto y realmente cambien cosas, pero en realidad lo veo difícil. Siento cierta tendencia a comportamientos controladores y arcaicos que no comparto.
¿Qué opinión te merecen las tiendas en MLC cuando nuestro salario es en CUP, o sea, verdaderamente dejamos detrás la doble moneda?
Pienso que las tiendas en MLC son una medida extrema del gobierno para intentar inyectar algo de dinero, pero no creo que sea la solución. Considero que algo que ayudaría es la verdadera apertura al sector privado.
Revisando tu vida profesional, muy intensa y fructífera, por cierto, “en estos tiempos de cólera”, con economía inestable y expuestos a enfermarnos en cualquier momento, eres padre de familia ¿te has rediseñado el día a día?
Totalmente. Mi vida, como la de muchos, cambió por completo. De estar viajando constantemente y tocando música, viviendo prácticamente cada día en un lugar diferente a ¡no poder salir prácticamente de la casa!
Esto al principio me afectó mucho y la pasé mal. Por suerte tengo una familia que me apoya siempre y ha sido el soporte para adaptar mi vida a estos tiempos tan complicados.
¿Qué opinas?
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