Una autopsia determinó que el agente Brian Sicknick, fallecido tras el asalto al Capitolio en enero último, sufrió dos derrames cerebrales y murió “por causas naturales”.
Sicknick, de 42 años, colapsó el 6 de enero mientras una turba de seguidores del expresidente Donald Trump desbordaba a las fuerzas de seguridad del edificio e invadía la sede del Congreso de Estados Unidos.
El oficial falleció al día siguiente en el hospital como consecuencia, según se sabe ahora, de ese evento neurológico.
Varias fueron las versiones que trascendieron sobre la muerte de Sicknick. Tras su deceso, la Policía del Capitolio dijo que el oficial, quien estaba en primera línea, “resultó herido mientras se enfrentaba físicamente con los manifestantes”.
Igualmente, medios reportaron más tarde que Sicknick había recibido golpes con un extintor de incendios, aunque la agencia AP sugirió después que habría sido atacado con una sustancia química.
En declaraciones para The Washington Post, el médico forense encargado del caso, Francisco J. Díaz, aseguró que durante la autopsia no se encontraron evidencias de que Sicknick haya sufrido lesiones externas o internas, ni una reacción alérgica a irritantes químicos.
Eso sí, admitió el experto que “todo lo que aspiró jugó un papel en su condición”.
Dos sujetos fueron arrestados en marzo último por presuntamente emplear contra Sicknick un spray destinado a osos.
Sin embargo, la conclusión de la autopsia podría salvarlos de responsabilidad directa en la muerte del vigilante, aunque sí enfrentarían —lo cual ya es una realidad— cargos por agresión.
Julian Elie Khater, de 32 años y residente de Pennsylvania, y George Pierre Tannios, de 39 y natural de West Virginia, son los dos acusados de agredir a Sicknick en la sede del Legislativo.
"Los oficiales fueron cegados de forma temporal por la sustancia, no pudieron ejercer temporalmente sus funciones y necesitaron atención médica y asistencia de otros oficiales", indican documentos del caso que llegaron a manos de la prensa.
El 6 de enero de 2021, manifestantes de extrema derecha —alentados por el entonces aún presidente Trump, en su convencimiento de que se cometió fraude en las elecciones de noviembre anterior— irrumpieron en el Capitolio de Washington supuestamente para evitar que se sancionara la validez de los comicios.
Mientras los atacantes violaban los cordones de seguridad y se dispersaban por las diferentes plantas de la edificación federal, los congresistas, demócratas y republicanos, debieron ser evacuados por las fuerzas de seguridad.
Posteriormente, Trump criticó los hechos, pero también justificó las motivaciones de la turba.
En febrero, el actual presidente estadounidense, Joe Biden, asistió a un homenaje organizado en memoria de Brian Sicknick.
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