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Carolina Barrero denuncia utilización del coronavirus para reprimir a la sociedad civil en Cuba

"Todos estos días, además de la precinta, he tenido vigilancia a toda hora por efectivos de la policía nacional, la policía militarizada y agentes encubiertos de la SE. Así ha sucedido con muchos colegas durante los días paralelos al Congreso del Partido Comunista", denunció la activista

Carolina Barrero junto a las artistas Tania Bruguera y Camila Lobón, integrantes todas del 27N (Archivo) © Facebook / Carolina Barrero
Carolina Barrero junto a las artistas Tania Bruguera y Camila Lobón, integrantes todas del 27N (Archivo) Foto © Facebook / Carolina Barrero

Este artículo es de hace 2 años

Después de 25 días de cerco epidemiológico, la activista Carolina Barrero hizo pública su intención de seguir ejerciendo sus derechos a pesar de la represión que ejerce el régimen cubano, escudado tras las medidas sanitarias contra la pandemia de coronavirus.

Casi un mes después de permanecer con su vivienda precintada y sin salir a la calle, la historiadora del arte ha publicado en sus redes sociales que le han retirado esa restricción, que consideró una medida encaminada a coaccionar su libertad de movimientos, más que una disposición que obedeciera a la situación epidemiológica.

“Acaban de retirar la precinta amarilla de la puerta de mi casa. Llevaba 25 días cerrada. Si he mantenido la reclusión, a pesar que desde el día 4 de abril tengo un resultado PCR negativo y de que ningún caso fue reportado en mi cuadra, ha sido por responsabilidad ciudadana ante la crisis sanitaria real que vivimos”, afirmó la activista.

La situación de cerco epidemiológico había sido denunciada por la activista el pasado 4 de abril cuando fue detenida violentamente junto a otros activistas por preguntar en la unidad policial de Cuba y Chacón por la suerte de Luis Manuel Otero Alcántara y Yamilka Latifa Cancio, en paradero desconocido tras ser arrestados cuando organizaban la exposición y evento que desataron los acontecimientos vividos en esa fecha frente a la sede del Movimiento San Isidro.

Ese día, tras su liberación, Barrero dijo que había sido multada por propagación de epidemias y que asumía la responsabilidad por la sanción, pero que nunca aceptaría “la vulneración constante del derecho ciudadano, la violencia, el odio, la represión, la desaparición de personas”.

“En la cuadra de detrás de mi casa hay COVID, y aunque en mi cuadra no hay casos y circulan los transeúntes y los carros, las casas están precintadas. La gente de este lado sale y entra de sus casas; yo antes de salir pregunté si podía”, aseguró entonces la integrante del 27N.

Días después revelaba que la Policía aplicaba multas a sus vecinos, a los que informaba que eran por culpa de ella, por sus denuncias de parcialidad, buscando así poner a los vecinos en su contra.

Este sábado, a pesar de la retirada del precinto sanitario, la activista denunció “el abuso de esta situación de excepción para la limitación de libertades y para la represión”, intentando encubrir con las medidas sanitarias “un arresto domiciliario” ilegal y arbitrario.

“Todos estos días, además de la precinta, he tenido vigilancia a toda hora por efectivos de la policía nacional, la policía militarizada y agentes encubiertos de la SE. Así ha sucedido con muchos colegas durante los días paralelos al Congreso del Partido Comunista. Ahora mismo siguen abajo, pero yo voy a salir. No les sirve ya la excusa del virus”, afirmó la activista.

En su mensaje, publicado en su página de Facebook, Barrero se dirigió a “los cubanos que ansían vivir con dignidad, en una sociedad de derecho y justicia social, democrática y soberana” para decirles que se resistan y denuncien la violencia y las coacciones impuestas ilegalmente por el régimen.

“Hoy muchos ya han salido de sus casas camino al Capitolio y han sido detenidos. Pero no nos pueden detener a todos. Y no nos podemos cansar de salir. Tenemos que hacerlo porque en ello nos va la vida, nuestro porvenir y el de nuestros hijos. Este mensaje también es para los cuerpos y fuerzas de la Seguridad del Estado, ustedes también tienen el poder de decir que no”, añadió la joven intelectual.

En ese sentido, Barrero compartió una reflexión sobre el derecho a la legítima defensa y a la resistencia ante un poder opresor: “Llega el momento, en el transcurso de los tiempos en que ha sido sostenida la opresión, la indiferencia ante la injusticia, el agravio y el desamparo, en que se hace necesario a los pueblos restaurar la conciencia plena de su derecho a decidir sobre el destino común”.

Y añadió: “La legitimidad de los gobiernos deriva de la defensa de los derechos de los ciudadanos a quienes representan, y no de la defensa de su propio derecho a existir. Los pueblos no se deben a los gobiernos, sino los gobiernos a los pueblos. En esa vocación de servicio reside su condición de existencia. Si una forma de gobierno se hace destructora de estos principios, los desmerece, y el pueblo tiene el derecho, y el deber, de reformarla. Es de la ciudadanía de donde dimana el poder del Estado”.

A finales de marzo, Estados Unidos señaló a Cuba y Venezuela como países que han intensificado la represión contra la disidencia aprovechando el pretexto de la pandemia de coronavirus.

“Venezuela y Cuba son dos de los más de 30 gobiernos que han utilizado la pandemia de COVID-19 para justificar, amenazar o castigar a quienes los critican”, advirtió Julie Chung, subsecretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, basada en el informe de Human Right Watch “El Covid-19 desencadena una ola de abusos contra la libertad de expresión”.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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