Manuel de la Cruz: Siento vergüenza ante la pasividad de los íconos del arte en Cuba

De la Cruz dijo sentirse avergonzado de esa pasividad, que consiente y da la espalda a la represión del régimen contra artistas independientes cubanos.

Imagen alegórica a Carolina Barrero, y la pasividad de otros artistas cubanos contra la violencia del estado © Manuel de la Cruz / Facebook
Imagen alegórica a Carolina Barrero, y la pasividad de otros artistas cubanos contra la violencia del estado Foto © Manuel de la Cruz / Facebook

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Este artículo es de hace 3 años

El activista Manuel de la Cruz lamentó este jueves la pasividad de los íconos de la cultura cubana frente a la represión, la violencia y el acoso que están padeciendo los jóvenes artistas independientes contestatarios en la isla.

"No solo debe existir el compromiso de crear para entretener, es válido y está establecido, pero incluso la música popular, la bailable, lleva responsabilidad en sus letras y direcciones", comentó.


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"El arte ha de servir al pueblo, pues del pueblo son los artistas (...) El arte debe ser sincero, congruente, realista, tiene que deberse a su época. ¿Cómo, al pasar de los años, leeremos a Padilla y sabremos que creó de los 50 a los 80 y no del 90 al 2010? ¿Cómo puedo ubicar en qué contexto histórico se nos entregó Fresa y Chocolate? ¿Qué señas me da la rumba para saber que es la expresión de mis negros esclavos? ¿Qué importancia le estamos dando a la tradición artística a la que tanto respeto le debemos?", señaló.

De la Cruz dijo sentirse avergonzado de esa pasividad, que consiente y da la espalda a la represión contra artistas como Luis Manuel Otero Alcántara, cuyas obras de arte fueron robadas por el Estado cubano y ha padecido la vigilancia policial durante meses.

"Yo solo miro y siento vergüenza ante la pasividad, en el mejor de los casos, de los íconos del arte en Cuba", recalcó.

"Hay un arte no sincera, una obra artística que se mueve entre estos años anacrónicamente, vestida con ropajes no acordes a la ocasión, hablando un idioma que no es el nuestro, esos artistas ni son consecuentes ni son representativos, por no hablar de valor", comentó en su post.

Asimismo, consideró que en medio de ese anacronismo, los artistas cubanos han adquirido una expresión superficial a través de su quehacer artístico, que no solo da la espalda a la violencia contra otros artistas, sino a la realidad económica y social que afecta a los cubanos.

"Yo no voy a mencionar nombres, porque estoy consciente de que ellos, a sus espaldas, sienten la voz de la responsabilidad, acusándolos y reprochándoles la ceguera y la mutez elegida, y sé que han preferido, seguir "buscándose sus frijoles" en una etapa donde no solo ni granos hay, sino que te conviertes en anatema al decidir reclamar alguna ausencia", expresó De la Cruz.

"Responsabilidad, congruencia, disciplina, vergüenza. Pienso en estas palabras y pongo en tela de juicio, salvo algunas excepciones, a la crema y nata del arte en Cuba, por más pretencioso que se me oiga", consideró.

Para De la Cruz "hay que ver el todo y hay que ver las partes, hay que hablar de amor y hay que hablar de soledades; si vas a hacerle una foto al pueblo, pues trata de que salgamos todos: sucios, dolidos, ensangrentados o bellos, pero no nos edites luego con filtros luminosos para mostrar una imagen correcta que no ofenda a los que te dejan conservar tu cámara y tu salario", dijo, en referencia a la polarización política del país que intenta excluir del panorama social a todo el que disiente.

"Roma paga a sus traidores, pero los desprecia", recordó el artista a modo de conclusión, y posteó imágenes de las pocas denuncias que han aparecido en los últimos tiempos sobre la situación económica del país, la serie del Luis Manuel Otero Alcántara "Caramelos sin saliva", que habla de la imposibilidad de los padres cubanos de comprarles caramelos a sus hijos porque estos se venden en tiendas en Moneda Libremente Convertible.

También posteó una imagen representativa del caso de la curadora de arte Carolina Barrero, quien leyó poemas de José Martí el pasado 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura de La Habana, y desde entonces ha sufrido el acoso del régimen sin que los artistas cubanos se pronuncien contra ello.

De la Cruz comenzó a ser un perseguido político después de que intentara animar con su personaje del payaso Desparpajo un cumpleaños organizado el pasado 5 de abril por el Movimiento San Isidro (MSI), un proyecto integrado por artistas independientes.

Desde entonces fue despedido de su centro laboral donde trabajaba como profesor, su casa es vigilada y es constantemente citado a interrogatorios y víctima de amenazas por parte de la Seguridad del Estado cubano.

En igual situación se encuentran otras personas vinculadas al arte en Cuba como Camila Lobón, Carolina Barrero, Amaury Pacheco, Maykel Osorbo, Luis Manuel Otero Alcántara, entre otros.

Otero Alcántara, líder del MSI, ha padecido la represión violenta del estado cubano desde el pasado año, y la misma se intensificó desde la organización del cumpleaños para niños en San Isidro, y la inauguración de una exposición titulada "Caramelos sin saliva".

La violencia contra este artista llegó a niveles tan altos, que incluyó el robo de sus obras por parte del gobierno. En medio de una gran crisis el artista se sometió a una huelga de hambre y de sed, que lo mantiene hospitalizado en un hospital de La Habana, donde es fuertemente custodiado por el régimen.

Varios artistas independientes han denunciado lo que para ellos constituyó un secuestro contra Otero Alcántara, y condenado el asesinato de reputación que ha intentado contra él la televisión nacional mientras se encuentra hospitalizado.

Sin embargo, la mayoría de los artistas cubanos ha guardado silencio.

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