Exsenadores estadounidenses instaron este viernes al presidente Joe Biden a aprovechar el despertar social que ha generado el Movimiento San Isidro de La Habana para crear una nueva política centrada en el pueblo cubano.
En un artículo aparecido en el diarioThe Miami Herald, los exsenadores Joe Lieberman y Robert Torricelli felicitaron al mandatario por el compromiso de su administración de priorizar los derechos humanos en su política hacia Cuba y le recomendaron hacer cuatro exigencias fundamentales al régimen de La Habana.
"El Movimiento de San Isidro por la libertad de expresión de artistas, periodistas y académicos cubanos sigue cobrando impulso, e instamos a Biden a aprovechar esta oportunidad para crear una nueva política centrada en el pueblo cubano", subrayaron.
"Como exmiembros del Senado de Estados Unidos con una larga experiencia en la política entre Estados Unidos y Cuba, aplaudimos el compromiso de la administración Biden de poner los derechos humanos en el centro de su política hacia Cuba"; pero "nuestra experiencia nos dice que cualquier cambio solo beneficiará al pueblo cubano si las medidas hacen que el gobierno rinda cuentas", consideraron.
Ambos, quienes fueron colegas de Biden en el Senado, ejemplificaron con la flexibilización de las regulaciones sobre las remesas por parte de Estados Unidos en 2014. Si bien la medida permitió que los cubanoamericanos enviaran dinero a sus seres queridos en la isla; "el Ejército cubano se aprovechó de este esfuerzo de buena fe exigiendo que el dinero se enviara a través de sus empresas estatales, conservando la mayor parte de la moneda original y entregando solo una fracción de la cantidad (en pesos cubanos sin valor) a las personas para quienes se pretendía".
Lieberman y Torrielli afirmaron, asimismo, que el gobierno cubano "ha sido un grave violador de los derechos humanos durante más de 60 años".
"Detuvo a 1,798 ciudadanos por actos de disidencia en 2020 y utiliza su programa de misiones médicas para sacar provecho de las espaldas de sus médicos mediante el trabajo forzoso en países de todo el mundo. Más allá de eso, el gobierno cubano ayuda e incita a la dictadura de Maduro en Venezuela, que está desestabilizando la región y proporciona un refugio para las organizaciones narcoterroristas, incluidas las FARC y el ELN de Colombia", explicaron los exsenadores.
Señalaron que el régimen cubano también "alberga a unos 70 fugitivos estadounidenses, incluidos los que han asesinado a policías, mientras continúa promoviendo el sentimiento antiestadounidense en todo el mundo".
Entre las recomendaciones a Biden está "asegurar que las remesas de Estados Unidos se estructuran de manera que los cubanos las reciban directamente en la misma moneda fuerte en la que fueron enviadas".
En segundo lugar, pedir la liberación incondicional de todos los presos políticos en Cuba como condición previa para cualquier nueva relación bilateral, para lo que recordaron que en la década de 1980, "nuestro país congeló las relaciones con Sudáfrica hasta que liberó a Nelson Mandela y a otros presos políticos encarcelados por protestar contra el apartheid. Finalmente, el gobierno sudafricano liberó a Mandela y puso fin al apartheid".
Aseguran que el gobierno estadounidense debe insistir en que el personal médico cubano que trabaja en el extranjero reciba la compensación de los gobiernos a los que sirve; y por último exigir que el gobierno cubano se retire total y unilateralmente de Venezuela.
Recientemente la administración de Joe Biden reafirmó su apoyo a la democracia y los derechos humanos en Cuba como pilar de la política de Estados Unidos para empoderar al pueblo cubano a fin de que pueda decidir el futuro que desea.
Las declaraciones de Washington se produjeron después de agrios cuestionamientos lanzados por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) contra el informe anual de Estados Unidos sobre derechos humanos en 2020, y marcaron un claro punto de fricción en las relaciones bilaterales.
"El apoyo a la democracia y a los derechos humanos en Cuba sigue siendo el pilar de nuestra política para empoderar al pueblo cubano en la determinación de su propio futuro", dijo a CiberCuba un alto funcionario del Departamento de Estado.
Robert Torricelli es recordado en Cuba por ser el gestor, cuando era legislador por New Jersey, de la Ley de la Democracia en Cuba (Cuban Democracy Act) de 1992, conocida como Ley Torricelli.
Lieberman, como representante demócrata de Connecticut, fue uno de los 34 senadores que apoyaron la medida legislativa, y a lo largo de los años desde 1989 ha sido un defensor de los derechos humanos en Cuba. Junto a los senadores Bob Graham y Bill Nelson, apoyó en 1996 la Ley de Solidaridad y Democracia con Cuba, conocida también como Ley Helms-Burton.
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