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María C. Werlau (La Habana, 1959) sigue trabajando en su pasión y compromiso más coherente: La libertad de Cuba, a la que dedica horas de investigación sobre violaciones de derechos humanos en tres ámbitos terribles: Desapariciones, Salud y Tráfico de órganos y sangre humana.
La reciente condena del Parlamento Europeo al gobierno cubano reconoció -implícitamente- el trabajo callado de esta cubana, víctima del castrismo, que desapareció a su padre en los días de Girón; y que renunció a su carrera como ejecutiva bancaria en Estados Unidos para escudriñar la barbarie totalitaria.
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Desprovista de vanidad, Werlau resta importancia a que el Parlamento Europeo no haya hecho mención explícita del trabajo de Archivo Cuba, del que se han servido muchos investigadores y algún que otro bribón oportunista; su ética la mantiene a salvo de luces efímeras, pero poniendo el foco donde importa, como la omisión de Bruselas de muchas víctimas y crímenes de estado.
Entre reuniones en Washington y un chequeo médico de rutina, sacó tiempo para responder a CiberCuba, asumiendo el compromiso próximo de informarnos en detalle sobre su penúltima investigación de venta de órganos y sangre humanos que -junto con los médicos alquilados- reporta notables ingresos a La Habana.
En 2010, Archivo Cuba fue el primero en denunciar las violaciones de derechos laborales, económicos y sociales de médicos y personal sanitario alquilados a terceros países; ¿qué sentiste cuando el Parlamento europeo condenó al gobierno cubano por tales prácticas?
Me dio mucha satisfacción y un gran alivio, creo que es un gran avance en sentido necesario. He sentido algo parecido cuando se introdujo una Resolución en el Senado de Estados Unidos en 2019, se pronunció Human Rights Watch en 2020 y se han hecho otras declaraciones y esfuerzos internacionales para denunciar la explotación laboral del estado cubano. ¡A buena hora!
Pero es importante entender que los pronunciamientos son solo un primer paso para acabar con la explotación de los trabajadores cubanos. A pesar de otras iniciativas surgidas en los últimos años, esto merece muchos más esfuerzos. Durante largos años, el régimen cubano ha volcado a modo prioritario a promover y defender este negocio que le devenga enormes recursos financieros y capital político y propagandístico a nivel mundial. Su aparato de propaganda e influencia, su cuerpo diplomático y su servicio de inteligencia están dedicados a tiempo completo para promover este negocio, que abarca mucho más que trabajadores de la salud.
La resolución del Parlamento europeo condenando al gobierno cubano no mencionó el trabajo de Archivo Cuba respecto de la explotación de médicos y sanitarios cubanos a manos del gobierno. ¿A qué atribuyes la omisión?
Ante todo, agradecemos a todos los parlamentarios europeos que hicieron posible la resolución, algunos nos han apoyado, en algunos casos por años, sin recibir el reconocimiento que merecen.
A nosotros en Archivo Cuba nos motiva avanzar en la causa de la libertad y todo lo demás es secundario. En 62 años de dictadura ha habido ejércitos de cubanos, actuando individual o colectivamente, así como incontables amigos de muchos países que han dado esta batalla en el plano de la injerencia internacional, muchos asumiendo grandes sacrificios personales. Es imposible que la resolución, o cualquier pronunciamiento parecido, pudiera reconocerlo.
Con respecto al tema de las misiones médicas, por ejemplo, la resolución no rmencionó el fantástico trabajo del grupo No Somos Desertores, que surgió en octubre de 2017, o a Human Rights Foundation, que dedicó un panel sobre las misiones médicas durante el prestigioso Oslo Freedom Forum de 2020, o los esfuerzos de Victims of Communism Memorial Foundation, o el caso legal contra la Organización Panamericana de la Salud por la explotación de los médicos en Brasil.
Aprovecho para comentar algo que sí me desilusionó mucho sobre la resolución del Parlamento Europeo que -entre las violaciones a los derechos humanos del gobierno de Cuba que se condenan- no se mencionaron las muertes en custodia y la terrible situación actual de las prisiones o los asesinatos extrajudiciales y las desapariciones forzadas de opositores y de otros ciudadanos indefensos, incluso de niños.
El Parlamento Europeo no defendió el derecho más primordial, que es el de la vida y la seguridad de las personas. Son muchas las víctimas y muchos los crímenes del estado cubano que se pasaron por alto. Desconozco los motivos de esta omisión.
Para aclarar el contexto, nuestro trabajo sobre la explotación de la fuerza laboral cubana en el exterior comenzó con una investigación que dio lugar a nuestro primer informe en una conferencia académica en julio 2010, seguido de un editorial en The Wall Street Journal el mes siguiente.
Nos atrevimos a denunciar el internacionalismo cubano como “tráfico de personas” solamente en base a nuestra interpretación del derecho internacional. A partir de entonces, llevé la denuncia persistentemente a Naciones Unidas, a varios gobiernos y al mismo Parlamento Europeo, en un viaje a Bruselas en 2016.
Solo fue con el tiempo, especialmente a partir de las deserciones y casos legales en Brasil, que el tema “se puso de moda.” Y seguimos en esto, investigando, documentando, publicando, pero con una gran carencia de recursos para hacer mucho más, que realmente hace falta.
El modelo de Archivo Cuba cuenta con que individuos y grupos usen y difundan la información que sacamos para avanzar la causa de la libertad de Cuba colaborativamente, y siempre agradecemos que nos citen y reconozcan nuestro trabajo de años, en que nos dedicamos a investigar y documentar con rigor para entonces publicar y poner a la disposición de todos información novedosa, veraz y significativa.
Quisiéramos poder hacer más, pero no tenemos los recursos. Por lo tanto, es muy gratificante cuando nuestra labor, directa o indirectamente, ayude a la causa de la libertad de Cuba.
¿Archivo Cuba ha investigado la venta de órganos y sangre humanos por La Habana, podrías adelantarnos algo?
Seguimos trabajando en nuestros proyectos: Memoria y Verdad, centrado en muertes y desapariciones; Cuba Salud, en el cual estamos por publicar una investigación sobre el negocio de la sangre y órganos humanos; y el proyecto sobre intervenciones internacionales de Cuba, cuya primera publicación fue sobre la intervención castrista en Venezuela.
Cuba es un estado vampiro, que recauda cientos de millones de dólares con la exportación de sangre, órganos y sus derivados, un negocio que solo entre 1995 y 2019 recaudó unos 794 millones de dólares en productos sanguíneos y otros 566 en derivados de glándulas, tejidos y órganos.
No disponemos de estadísticas de ingresos por productos sanguíneos de 1959 a 1994, tampoco de los ingresos del Turismo de salud, particularmente el de trasplantes, que se realiza en instalaciones médicas estatales, pero entre ambos deben sumar varios cientos de millones de dólares más.
El negocio de la sangre fue generado a partir de campañas estatales promoviendo la donación de sangre voluntaria y gratuita de millones de cubanos, al menos ahora sabemos adonde va a parar la generosidad de los ciudadanos, Cuba reportó, durante muchos años a la Organización Mundial de la Salud una tasa de donación voluntaria altruista de 100%, sin embargo, desde los inicios del Gobierno revolucionario, este ha vendido sangre humana y sus productos en el mercado internacional.
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