La Holanda de Frank de Boer ganó 2x0 y con autoridad a una selección austríaca que llegaba inspirada por su triunfo de tres goles a uno a costa de Macedonia, para cerrar las acciones de segunda ronda del grupo C de la Eurocopa.
A fuer de ser sinceros, a los austríacos les salió barato el primer tiempo. Lo perdieron 1x0 debido al penal cobrado por Depay al minuto 11, pero luego pudieron ser masacrados inmisericordemente si no fuera porque el futuro jugador del Barcelona falló un gol cantado y Wijnaldum perdonó otra ocasión de ejecución relativamente fácil.
Dicho sea de paso, en ese período llamaron la atención dos desaciertos flagrantes del nuevo fichaje del Real Madrid, el capitán David Alaba, quien empezó provocando el tiro desde los doce pasos y a seguidas erró en el corte de un pelotazo por aire que casi envía Depay (¿quién si no?) al fondo de la cabaña austríaca.
Con De Ligt en la titularidad, la Oranje lució más ardua de vencer atrás, pero seguía faltándole la diana que definiera las cosas. Derrochadas las grandes oportunidades de marras, pasó el tiempo y llegó la inquietud a una afición acostumbrada a morir en las orillas. Sin embargo, la calma apareció a la altura del 67’ por mediación de su lateral derecho, Denzel Dumfries.
La jugada nació en el de siempre, Depay, el cual se percató de la internada por izquierda del recién ingresado Malen y le obsequió un balón que aquel apenas tuvo que pasar raso para la llegada de Dumfries, que llegó de ese modo a su segundo gol en la Euro.
Holanda aseguraba así su presencia en los octavos de final, en tanto los de la tierra de Mozart se jugarán su presencia en esa etapa en el encuentro que sostendrán versus Ucrania (cada uno tiene tres puntos, mientras Macedonia no le ha puesto número a su casa).
Cabe apuntar, empero, que el perdedor de ese choque también podría sobrevivir a la clasificatoria, toda vez que clasifican los dos mejores de cada llave y los cuatro terceros puestos más destacados.
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