El opositor venezolano Rolando Figueroa fue trasladado a la prisión de Teixeiro, en Coruña, España, tras ser detenido a petición del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
El país sudamericano había pedido a las autoridades españolas que lo extraditasen cuando finalmente, con su entrada en la cárcel este miércoles, todo apunta a que el Gobierno de Pedro Sánchez cumplirá con el polémico requerimiento de Maduro.
Figueroa, abogado de profesión, de 42 años, miembro de Voluntad Popular, residía en Coruña desde 2017 junto a su mujer, de nacionalidad española, y sus dos hijos, de 12 y 8 años, también españoles.
El opositor se trasladó a España huyendo de la persecución, la grave crisis humanitaria y para darle un futuro más esperanzador y tranquilo a sus hijas dentro de un país libre, en el que se respeten los Derechos Humanos, según ha manifestado en otras ocasiones.
No solo el hecho de que todos los miembros de su familia tenían pasaporte español, la decisión de trasladarse al país europeo también se debió a los fuertes vínculos profesionales y personales del opositor con España. En Madrid estudió un posgrado de Derecho, específicamente en la Universidad Complutense.
Mary Fe, su esposa, aseguró al diario español La Razón que “tristemente ha llegado el día más temido. Por mucho que nos habíamos mentalizado sobre que esto podía suceder, al final, es demasiado duro. Pero le prometí a Rolando que me mantendría fuerte y eso voy a intentar”.
No obstante, la esposa de Figueroa ha confesado sentirse destrozada. Además de la encarcelación, el drama familiar crece porque el opositor ha sido aislado en una celda por riesgo de haber contraído el coronavirus.
Las autoridades venezolanas solicitaron a España la extradición de Rolando Figueroa en 2018, cuando el presunto delito del que lo acusan (estafa agravada en la compraventa de medicamentos) estaba a punto de prescribir.
Desde el despacho de Oliver Abogados, grupo que defiende a Rolando, reconoce que una vez más se ha camuflado una persecución política bajo un delito común: la única manera de traer de vuelta a los opositores que han logrado abandonar el país.
La esposa de Figueroa explica que su marido estaba en pleno proceso para solicitar asilo, “pero sin la ayuda del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de la Comisión Interministerial o del Defensor del Pueblo eso podría demorar años”.
Pese a todo, Rolando manifestó que no pierde la esperanza e insiste en que confía en el sistema de justicia y en las autoridades españolas. “Ratifico plenamente mi confianza en la administración de justicia española y en la imparcialidad del sistema de justicia”, indicó Rolando Figueroa.
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