El ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, aseguró este viernes en la Mesa Redonda que el ordenamiento monetario que se empezó a implementar en la Isla desde este 1 de enero "es una medida que necesita tiempo para que madure y puedan recogerse los beneficios". No obstante, no adelantó cuáles son esos supuestos beneficios y cuánto tiempo se necesitará para apreciarlos.
Gil Fernández, que en la medida en que se ha ido agravando la crisis económica en Cuba ha ido desapareciendo de la palestra pública y ha cedido espacio a su viceministra, insistió en el discurso triunfalista del defenestrado zar de la economía cubana, Marino Murillo, y destacó que ya hay signos positivos achacables a la Tarea Ordenamiento. Aunque habló en plural sólo hizo mención a que supuestamente ha incentivado la búsqueda de empleo entre los cubanos y también las exportaciones.
El ministro de Economía defendió asimismo que hay determinados problemas que se atribuyen al ordenamiento como la escasez de productos básicos. No admitió que es un problema crónico en la Isla, pero destacó que si no hubiera habido Tarea Ordenamiento estas debilidades, que no se ven países de economía liberal, seguirían presentes en el día a día de los cubanos.
"Si no hubiéramos hecho el ordenamiento tendríamos los mismos problemas de hoy", enfatizó el número uno del desastre económico en Cuba.
Sin embargo, en su opinión, estos problemas no tienen nada que ver con la gestión estatal de la economía sino con las figuras (que él llama delictivas) de los revendedores y los coleros; del embargo comercial de Estados Unidos y de la pandemia del coronavirus.
En declaraciones del ministro Gil Fernández señaló asimismo que la Tarea Ordenamiento es la "primera gran transformación con impacto en la economía" que se ha tomado este año.
Según dijo, es una medida "imprescindible" para hacer transformaciones en el país, señaló sin especificar a qué se refiere.
Para argumentar su tesis, recordó "las distorsiones" que provocaba que las empresas estatales cambiaran el peso por el dólar a 1x1 mientras el sector privado usaba una tasa de cambio de 1x24 o 1x25 y esto dificultaba el encadenamiento productivo.
Eso, explicó, obstaculizaba las exportaciones porque le salía más barato a una empresa estatal importar que comprar a un productor nacional. Esto obligaba al Estado a subvencionar el déficit que generaban estas operaciones.
Mientras más tiempo pase, peor
Por su parte, el economista cubano Elías Amor cree lo contrario que Gil Fernández y considera que mientras más tiempo pase con la implementación de la Tarea Ordenamiento será peor.
"Lo que el ministro no reconoció es que los problemas de la economía, que la Tarea Ordenamiento ha agigantado, como la escasez de oferta, tendrían que haber sido resueltos mucho tiempo antes, aplicando reformas estructurales que ni están ni se esperan. Lanzarse a los cambios sin esas reformas que necesita la economía cubana, no ha hecho otra cosa que complicar más aún el escenario de una crisis provocada por la pandemia del COVID-19. El peor momento posible para la unificación monetaria y cambiaria, solo impulsada por la imposición política e ideológica del momento", señaló Amor hace unos días.
El discurso triunfalista del ministro de Economía cubano llega en un momento en que el Estado cambia el dólar a 1x24 mientras en el mercado informal se paga a 1x60 aproximadamente y el euro escala a 1x80 luego de que el Banco Central de Cuba advirtiera de que no admitirá depósitos en efectivo en dólares americanos a partir de este lunes 21 de junio.
El descenso de la llegada de turistas a Cuba debido a la pandemia de coronavirus ha puesto al Gobierno de la Isla contra las cuerdas. De enero a mayo de este año la caída en el arribo de visitantes fue del 94%.
De hecho, el ministro Gil Fernández reconoció este viernes en la Mesa Redonda que están teniendo problemas para surtir las tiendas en MLC. No especificó si la escasez está bajo control o irá a más en el corto plazo.
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