Un tribunal federal de Miami desestimó la demanda de una familia cubanoamericana contra la compañía francesa Pernod Ricard bajo la Ley Helms-Burton tras considerar que los reclamantes no pudieron demostrar la debida jurisdicción del caso.
En un fallo de seis páginas, la jueza Kathleen M. Williams consideró que los demandantes no añadieron "ninguna sustancia significativa a sus alegaciones jurisdiccionales" contra Pernod Ricard y su filial en Estados Unidos, y tampoco consiguieron evidencias adecuadas para persuadir al tribunal en las tres mociones presentadas previamente.
El litigio fue entablado en abril de 2020 por Marlene Cueto Iglesias y Mariam Iglesias Álvarez, familiares del fundador de Coñac Cueto, alegando que la compañía francesa se beneficia de las marcas y los activos de la firma Coñac Cueto, expropiados por el régimen cubano en 1963 y renombrados bajo el sello de Havana Club.
Los demandantes son la hija y la viuda de Fernando Tomás Cueto Sánchez, empresario que fundó la empresa Coñac Cueto en La Habana a comienzos de los años 50. La reclamación argumentaba que la marca original Coñac Cueto Extra-Viejo y otras bebidas de la compañía son comercializadas por Pernod Ricard como representante internacional de los productos Havana Club.
Pernod Ricard, el segundo mayor productor de licores y bebidas alcohólicas a nivel mundial, opera desde hace más de dos décadas una empresa mixta con Cuba Ron S.A. para la comercialización del ron Havana Club.
Estados Unidos es el mayor mercado para las marcas de Pernod Ricard, las cuales representan el 18% de las ventas mundiales. La compañía francesa, radicada en París, tiene oficinas en Nueva York y Fort Lauderdale (Florida), pero no comercializa el ron Havana Club en territorio estadounidense debido a las restricciones del embargo.
En septiembre de 2020, la administración de Donald Trump eliminó la medida que permitía a viajeros que visitan Cuba adquirir botellas de ron cubano por valor de hasta $100 dólares.
Uno de los argumentos sostenidos en la demanda era que una filial de Pernaud Ricard en Estados Unidos permitió a los viajeros internacionales que viajan desde el Aeropuerto Internacional de Miami comprar el ron Havana Club y Martell Cohiba Cognac en las tiendas libres de impuestos y a través del sitio web de la corporación francesa.
"Esta alegación y el argumento sobre las tiendas libres de impuestos en los aeropuertos internacionales y los sitios web de acceso general harían que las empresas extranjeras estuvieran sujetas a la jurisdicción personal en casi todas las ciudades importantes de Estados Unidos donde un consumidor tiene acceso a un aeropuerto y a internet. Los tribunales de este circuito han considerado habitualmente que la jurisdicción personal no puede basarse en alegaciones de contactos similares o incluso más sustanciales que éstos", dictaminó la jueza Williams.
Esta es la sexta demanda que desestiman los tribunales federales de Estados Unidos en casos amparados bajo el Título III de la Ley Helms-Burton, activado desde mayo de 2019. Al menos cuatro de las demandas rechazadas han escalado a circuitos de apelación.
Ninguna de las 41 demandas presentadas bajo la Ley Helms-Burton han llegado a juicio hasta el momento. Solo 11 de las reclamaciones pertenecen a la lista de 5.913 ciudadanos y compañías certificados por la Comisión de Adjudicación de Reclamos Extranjeros del Departamento de Justicia hasta 1974.
El fallo a favor de Pernod Ricard añade otro capítulo de la batalla legal de la compañía francesa en Estados Unidos en torno a los productos de Havana Club por casi tres décadas.
La guerra comercial se inició en 1994, cuando la compañía Bacardí Ltd solicitó una licencia para manejar la marca registrada Havana Club, luego de adquirir los derechos de sus dueños originales, la familia Arrechabala.
En febrero de 2016, la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (PTO) renovó la marca a la firma estatal cubana Cubaexport por los siguientes 10 años, lo que provocó un desafío legal por parte de Bacardí.
En 2018, Bacardí lanzó la campaña "Por Siempre Cubano" (Forever Cuban), para legitimar la marca Havana Club que produce en Puerto Rico, lo que desató críticas de Pernod Ricard acusando a sus rivales comerciales de "publicidad engañosa".
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