El rapero y activista cubano Denis Solís pudo comunicarse este domingo con su familia después de un mes sin hablar con ellos y a falta de 19 días para quedar en libertad.
Solís fue detenido el 9 de noviembre e ingresó en prisión el 11 de ese mismo mes condenado a ocho meses de cárcel por un supuesto delito de desacato a un policía que invadió su casa sin orden judicial y que lo grabó sin su consentimiento. Si las autoridades cubanas respetan los tiempos debe quedar en libertad el fin de semana del 9 al 11 de julio.
Solís había hablado por última vez con su tío Vladimir González y sus primos el 19 de mayo y volvió a hacerlo este Día de los Padres, cuando sorprendió a los suyos con la llamada y les dijo que está bien y que no se ha contagiado de coronavirus, según confirmaron a CiberCuba familiares del activista.
Las autoridades penitenciarias cubanas le suspendieron las llamadas a Denis Solís debido a que su albergue, ubicado en la Zona Cero de la cárcel del Combinado del Este, tuvo que aislarse por un brote de coronavirus.
Esta es la tercera vez en siete meses que Denis Solís se queda sin comunicarse con su familia. La primera de ellas fue cuando lo castigaron por una llamada que le hizo su amigo, el rapero cubano Maykel Osorbo, ahora en la prisión de 5 y medio de Pinar del Río.
La segunda vez, Solís decidió dejar de llamar a sus familiares porque lo obligaban a utilizar los teléfonos del edificio de oficinas de la prisión, donde corría el riesgo de que los funcionarios penitenciarios grabaran o filmaran su conversación. Además, sin justificación alguna lo separaron del resto de reclusos para hacer las llamadas.
Esta tercera vez dejó de comunicarse con su familia porque su albergue estuvo un mes en aislamiento debido a varios casos de coronavirus que se habrían dado entre los internos, según el testimonio de un familiar de Ernesto Borges, un preso que fue ex capitán de la Contrainteligencia cubana y que está condenado a 25 años de cárcel por espionaje.
Pese a la presión internacional, Denis Solís previsiblemente cumplirá su condena íntegra. Él es consciente de que se ha convertido en un símbolo de la lucha por la defensa de los derechos humanos en Cuba.
Su detención por parte del ex jefe de sector de la Policía Nacional que llevaba tiempo acosándolo desembocó en la huelga de San Isidro, en la que 14 activistas se plantaron exigiendo el cierre de las tiendas en MLC y la liberación de Denis Solís.
A raíz del desalojo por la fuerza de los huelguistas de Damas 955, en el barrio de San Isidro, un grupo de unos 300 artistas e intelectuales terminaron manifestándose el 27N frente al Ministerio de Cultura.
Unos días más tarde, Luis Robles, un cubano anónimo hasta ese momento, salió al bulevar de San Rafael pidiendo la liberación de Denis Solís y el fin de la represión en Cuba. Ahora lo acusan de un delito contra la Seguridad del Estado y cumple prisión preventiva en el Combinado del Este.
A raíz de esos dos acontecimientos el Gobierno de Miguel Díaz-Canel ha desencadenado en la Isla una ola represiva similar a la Primavera Negra de 2003.
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