La Aduana General de la República mantendrá pendiente de despacho el equipaje durante 30 días y solo entregará los efectos personales a aquellos viajeros que lleguen a Cuba y no tengan tarjetas de crédito o débito operables en la isla u otra moneda libremente convertible para efectuar el pago de aranceles.
"Hasta la fecha no contamos con ningún viajero que se le haya retenido mercancías pendientes a despacho por traer solamente dólares", explicó al Canal Caribe Christian Quiñones Azahares, jefe de proceso aduanales del Aeropuerto Internacional José Martí.
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Es así como el Gobierno de Cuba deja sin muchas opciones a aquellos viajeros que arriben a la isla por vía aérea o marítima y solo tengan dólares norteamericanos.
La Resolución 176/2021 prohibió, de manera temporal, el depósito de dólares estadounidenses en efectivo en bancos e instituciones financieras no bancarias, por tanto la única opción que le queda a las personas que lleguen a Cuba y solo posean esta divisa es realizar el cambio en el mercado irregular, con los riesgos que ello supone.
La medida, en vigor desde el 21 de junio, supuso en problema para muchos ciudadanos que vieron en ella la obligación de recurrir a otras monedas para efectuar sus operaciones comerciales en la isla, incluidas las tiendas en MLC donde se venden productos de primera necesidad.
Aunque la tasa oficial de cambio en Cuba es 24 CUP por un dólar, en el mercado informal llegó a alcanzar valores de hasta 70 CUP, lo que hizo que economistas y analistas pidieran medidas urgentes para evitar otros problemas económicos asociados a la inflación monetaria.
En ese sentido la plataforma cívica Cuba Humanista pidió al gobierno comunista un grupo de medidas, entre ellas "que las remesas fueran entregadas a los destinatarios en dólares estadounidenses o cualquier otra moneda libremente convertible, o en Moneda Nacional según una tasa de cambio que se corresponda con el valor real de la divisa en el mercado cubano y no con la artificial ecuación de canje oficial".
La medida de no aceptar dólares en efectivo en Cuba para algunos expertos se trata de una cortina de humo que pretende desviar la atención de los asuntos políticos que acontecen en la isla en los últimos meses, así como una manera de presionar a la Administración Biden para que defina su posición hacia la isla.
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