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El representante de BioCubaFarma en Venezuela, Pedro Almenarez, informó que había concluido en ese país el estudio clínico en 10,000 personas a las que se le aplicó el candidato vacunal Abdala contra el COVID-19.
El jefe de la corporación biofarmacéutica estatal cubana en Caracas dijo que el estudio es parte de un acuerdo entre el Ministerio de Salud de Venezuela y el Centro Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba e intentaba determinar posibles reacciones adversas del candidato a vacuna elaborado en la isla.
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La vacunación de los voluntarios comenzó el domingo en un complejo habitacional dentro del Ministerio de Defensa conocido como Fuerte Tiuna y varios edificios residenciales en Caracas.
Decenas de personas hacían fila para recibir la inmunización, que estaba siendo aplicada por el personal de salud cubano, según un reporte de la agencia Reuters.
El fármaco cubano había sido incluido desde el jueves –cuando llegaron 30 mil dosis desde Cuba– de manera oficial en el esquema de vacunación venezolano, a pesar de las alarmas del sector médico de ese país que manifestó su preocupación por el uso de un producto que aún no ha sido aprobado por ninguna entidad competente.
Venezuela anunció la semana pasada que hizo un acuerdo con La Habana para adquirir 12 millones de vacunas Abdala que estarían llegando al país antes de octubre y servirán para inmunizar a 4 millones de venezolanos.
Cuba es uno de los principales aliados del gobierno venezolano, que argumenta que por las sanciones tiene recursos “bloqueados” lo que le impide comprar dosis a otras empresas.
El gobierno cubano anunció que su producto tenía un 92.28 por ciento de efectividad, aunque no ha sido aprobado todavía ni valorado por ningún laboratorio extranjero.
A pesar de ello, la Academia Nacional de Medicina de Venezuela manifestó su preocupación por la introducción en el país de los candidatos vacunales cubanos Abdala y Soberana 02, y los consideró productos de “dudosa credibilidad científica”.
El gremio advirtió que tanto la Abdala como Soberana 02 son candidatos a vacuna y “se basan en desarrollos experimentales semejantes a los que están siendo estudiados por otros laboratorios en el mundo, pero que todavía no han resultado en el desarrollo de ninguna vacuna de comprobada eficacia”.
La Academia aclara que un elemento que da credibilidad a una vacuna es la autorización por un organismo regulatorio independiente y creíble, tales como la FDA de Estados Unidos o la Agencia Europea de Medicamentos, los cuales no han evaluado el producto cubano.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) pidió el jueves al régimen de La Habana publicar en revistas científicas los resultados de la investigación de las Fases I, II y III de estudio del candidato vacunal anticovid Abdala para que la comunidad científica internacional pueda evaluar y conocer esos resultados.
El doctor Jarbas Barbosa da Silva Jr., subdirector de la OPS, aclaró que esta institución no autoriza ni avala vacunas, pero si algún país productor, como es el caso de Cuba, quiere que sus prototipos de vacunas entren en el fondo solidario Covax es importante que tengan en cuenta que ellos sólo reciben vacunas que tienen la autorización del uso de emergencia que concede la Organización Mundial de la Salud.
Sin esa evaluación que hace la OMS, la Organización Panamericana de la Salud no puede incluir el candidato vacunal cubano Abdala en su fondo solidario ni tampoco puede adquirirlo, afirmó.
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