La prensa oficialista intentó lavar la imagen de Miguel Díaz-Canel tras el llamado a la violencia en los medios de comunicación de Cuba el fin de semana último con el fin de contrarrestar la ola de protestas pacíficas que ocurrieron en más de 60 localidades de la isla.
El presentador desempolvó el artículo cuatro de la Constitución de la República de 2019 donde se dice, entre otras cosas, que "los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido", sin dejar pasar por alto que "la defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano".
"El presidente de la República es ante todo un ciudadano cubano. Juzgue usted y dígame si su deber era o no llamar a defender a la Revolución", dijo Humberto López Suárez, vocero del régimen en la televisión pública y miembro del Comité Central del Partido Comunista.
En su intervención pública López Suárez intentó desvincular el llamado de Díaz-Canel del ataque que recibieron las tiendas en dólares de Cuba, donde algunos ciudadanos rompieron cristales y saquearon los productos que vende el estado en divisas extranjeras a la población.
Antes de las cuatro de la tarde del domingo en Cuba habían sido atacadas 19 tiendas estatales y después de esa hora, cuando comenzó la intervención pública de Díaz-Canel donde dijo que "las calles eran de los revolucionarios", el número se incrementó a 25, según datos oficiales ofrecidos.
Para criminalizar a los manifestante, López y el equipo que elaboró el guion de esta intervención mediática, mostraron de manera selectiva las imágenes de los "daños a la propiedad estatal socialista".
"Ha habido enfrentamientos, delitos de lesiones", dijo López mientras pub publicaba el rostro de niño bebiéndose una caja de jugos que presumiblemente tomó de una de estas tiendas atacadas por los manifestantes.
Así mismo mostró carros volcados por los manifestantes y personas que cargaban en bolsas plásticas alimentos y otros productos que serían sustraídos de tiendas estatales.
López Suárez mostró también una supuesta conversación privada que sostuvieron dos mujeres en un chat de Messenger, en la que una le ofrecía hasta 200 dólares por grabar un video en el que golpeara a un niño para decir que fue la policía, sin embargo no solo se viola el artículo 50 de la Ley de Leyes (La correspondencia y demás formas de comunicación entre las personas son inviolables) y el 95 (que se le presuma inocente hasta tanto se dicte sentencia firme en su contra), sino que el discurso es unilateral y sin derecho a réplica.
"Alinearse a posturas como esta o decir que no existen provocadores violentos es en este momento ignorar una realidad que está entre nosotros", dijo l presentador de la televisión cubana, pero solo con el fin de justificar la orden dada por el máximo dirigente del país y no a favor de aquellos que sufrieron ataques por parte de simpatizantes del régimen.
Después que se cortó el acceso a internet en todo el país por orden expresa de la máxima dirección de la nación, saber lo que realmente sucede en Cuba y tener evidencias en tiempo real de la ola de represión por parte de las autoridades se volvió una tarea titánica para organizaciones no gubernamentales y defensoras de los derechos humanos.
Los escasos reportes que lograron saltarse la censura institucional mostraron la militarización de las principales ciudades de Cuba con agentes del orden y antidisturbios armados con equipos de represión de alta tecnología, mientras otros paramilitares se enfrentaron a la población con palos y bates de béisbol.
Se desconoce la cifra exacta de personas detenidas por las autoridades cubanas, pero fuentes independientes contabilizan cientos el número de ciudadanos que permanecen tras las rejas bajo investigación por participar en las protestas pacíficas de la última semana.
Sobre la represión que recibieron los cubanos, diferentes países como Estados Unidos y organizaciones internacionales criticaron el uso de la fuerza desproporcionada contra el pueblo y defendieron el derecho de este a manifestarse y expresar sus inconformidades con el gobierno comunista.
Para este sábado se convocó desde el oficialismo a una serie de supuestas concentraciones multitudinarias en "apoyo popular" al régimen de Díaz-Canel, lo que despertó alertas en la comunidad científica cubana porque tendrían lugar en medio de la peor ola de contagios de coronavirus que vive la isla desde el inicio de la pandemia.
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