El presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, Monseñor Emilio Aranguren Echeverría, aseguró que el diálogo será la única vía para alcanzar el bien común en un contexto sin precedentes como el que está viviendo Cuba.
En una entrevista concedida al diario italiano La Repubblica, el también obispo de Holguín se refirió a la crisis civil que desde el pasado 11 de julio ha vivido Cuba.
"La capacidad de escucha debe crecer, permitiendo que los demás expresen su propia manera de ver las cosas, de ver la vida, tanto personal como social", recomendó el eclesiástico.
Además, Echeverría subrayó que lo que vive Cuba es "algo extraordinario". No obstante, cree que la respuesta ante las confrontaciones entre manifestantes y autoridades debe solucionarse con educación "para vivir en sociedad, para tomar conciencia de lo que significa ser ciudadano, para valorar y cuidar el bien común".
Ante la respuesta violenta de las autoridades a las manifestaciones pacíficas, el monseñor aseveró que “hay que entender las necesidades e insatisfacciones de la gente, con el fin de superar el malestar de todos.
"No solo buscando las causas de este malestar, sino uniendo el potencial de quienes están dispuestos a llevar a cabo un proyecto común en beneficio de todos", aseguró.
Este domingo, el Papa Francisco dedicó parte del Ángelus a la situación del pueblo cubano.
Mientras la Plaza de San Pedro se abarrotaba de cubanos que clamaban un pronunciamiento del Sumo Pontífice, este se refirió al dolor de las familias fragmentadas por la crisis cubana de los últimos días, a la paz, el entendimiento y la solidaridad.
"Estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, de modo especial con las familias que en su mayor parte son quienes sufren", dijo el sumo pontífice.
Además, exhortó a todo el pueblo de la isla a encomendarse a la Virgen María de la Caridad del Cobre. “Ella los acompañará en este camino", afirmó.
Apenas un día después de las protestas, la Conferencia de Obispos de Cuba envió una misiva de carácter público a los cubanos y a sus gobernantes, donde llamaba a la resolución de demandas y a la rendición de cuentas de las autoridades al pueblo como única solución ante el “deterioro económico y social que vive el país”.
“Entendemos que el Gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades, pero también comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”, afirmaron los obispos.
Los representantes católicos dijeron sentirse preocupados por que “las respuestas a esos reclamos populares sea el inmovilismo que contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos”.
“No solo vemos que las situaciones se agravan, sino, también, que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”, sostuvieron.
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