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Enrique Tarrio, el líder cubanoamericano de la organización nacionalista de extrema derecha Proud Boys, fue condenado este lunes a cinco meses de prisión tras quemar una pancarta del movimiento Black Lives Matter (BLM) en Washington, días antes de los disturbios del 6 de enero en el Capitolio.
Tarrio también fue acusado de traer dos cargadores de armas de fuego de alta capacidad antes de los violentos sucesos en la capital de EE.UU. que causaron la muerte de varias personas, el día en que se certificaban los resultados electorales a favor de Joe Biden.
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Residente en Miami, el cubanoamericano dijo a la corte que lamentaba "profundamente" sus acciones y las calificó de "grave error", apuntaron medios estadounidenses. “Lo que hice estuvo mal”, reconoció durante la audiencia realizada por videoconferencia.
La decisión fue dictada el lunes por el juez Harold L. Cushenberry Jr. del Tribunal Superior de DC. Aunque Tarrio no se encontraba en Washington el día de los sucesos del Capitolio, el juez dijo que la conducta anterior del cubanoamericano socavó la democracia estadounidense.
“Este tribunal debe respetar el derecho de cualquier ciudadano a reunirse pacíficamente, protestar y dar a conocer sus puntos de vista sobre los temas”, dijo el magistrado. “Pero la conducta del señor Tarrio en estos casos criminales no reivindica ninguno de estos valores democráticos. Por el contrario, las acciones del señor Tarrio los traicionaron”.
El líder la organización de extrema derecha, desde 2018, se declaró culpable en julio de los dos delitos menores.
La pancarta que incendió Tarrio fue arrancada de una histórica iglesia negra en el centro de la capital estadounidense, la Iglesia Metodista Unida de Asbury. El reverendo Dr. Ianther Mills, pastor principal de la iglesia, le dijo al juez que fue un “acto de intimidación y racismo” que causó “un daño inconmensurable y posiblemente irreparable” en la comunidad.
“Asbury se vio obligado a contar con la evidencia muy tangible de que continuamos viviendo en un mundo donde la gente radicaliza el odio basándose en la raza y el color de la piel”, aseguró Mills.
La policía detuvo a Tarrio el 4 de enero, encontrándole dos cargadores de armas de fuego de alta capacidad. El cubanoamericano declaró ante el juez que estaba “sufriendo” las consecuencias de sus actos.
“He sufrido económicamente, socialmente, por lo que he hecho. El negocio de mi familia se ha visto bastante afectado. Entonces, lo que hice no solo afecta a la iglesia. Afecta a mucha más gente, incluida mi familia”, aseguró.
Sin embargo, el juez concluyó que la disculpa de Tarrio no era creíble y rechazó su afirmación de que no sabía que estaba destruyendo la propiedad de la iglesia.
Tarrio se desempeñó como director del capítulo de Florida del grupo Latinos for Trump y encabezó las manifestaciones de Proud Boys en defensa del expresidente. Fue convicto por delitos de robo (2004) y venta ilegal de equipos médicos (2013). Documentos judiciales lo señalan como informante del FBI en casos criminales entre 2012 y 2014.
La organización es calificada de racista y supremacista blanca en Estados Unidos. Tarrio, hijo de padres cubanos, creció en Miami y visitó la isla en la adolescencia. En una entrevista con el periodista Juan Manuel Cao para América Tevé, aseguró que nunca había sido atacado por miembros de la organización por ser negro.
El 6 de enero, miles de partidarios del entonces presidente Donald Trump, incluidos miembros de los Proud Boys, llegaran al Capitolio de Estados Unidos e interrumpieron la certificación del voto del Colegio Electoral en un hecho sin precedentes en la historia del país.
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